Diario Medico, 24 de Diciembre de 2004
Comparada con la terapia convencional, la cirugía bariátrica parece ser una opción viable para el tratamiento de la obesidad severa o grave y resulta en pérdida de peso y mejoría del estilo de vida a largo plazo. Asimismo, salvo en la hipercolesterolemia, se registra una mejora en todos los factores de riesgo elevado en situación basal, según indica un estudio efectuado por un equipo del Hospital Sahlgrenska, de Goteborg, en Suecia, que se publica en el último número de The New England Journal of Medicine.
El estudio, coordinado por Lars Sjöström, se realizó en pacientes obesos sometidos a cirugía bariátrica o tratados con la terapia convencional (grupo de control), emparejados en el momento de incorporarse a la investigación.
Los resultados presentados por Sjöström se refieren a los pacientes inscritos al menos dos o diez años antes del análisis. Al cabo de dos años, el peso se había incrementado un 0,1 por ciento en el grupo de control y había disminuido un 23,4 por ciento en el grupo tratado con cirugía bariátrica. A los diez años, el peso había aumentado el 1,6 por ciento y disminuido el 16,1 por ciento respectivamente.
Consumo energético
A lo largo del periodo de observación, el consumo energético fue menor en el número de pacientes físicamente activos y mayor entre los sometidos a cirugía bariátrica. Asimismo, a los dos y diez años las tasas de recuperación de diabetes, hipertrigliceridemia, valores bajos de colesterol, hipertensión e hiperuricemia fueron más favorables en el grupo tratado con cirugía que en el grupo de control, mientras que la recuperación de la hipercolesterolemia no difería entre los grupos. Por último, el grupo tratado con cirugía bariátrica presentaba menores tasas de incidencia de diabetes, hipertrigliceridemia e hiperuricemia que el grupo de control.
Diez años de éxitos
En un editorial que acompaña al estudio, Caren Solomon, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, afirma que la cirugía bariátrica ha demostrado su eficacia en estos últimos diez años, aunque el avance de esta técnica debe verse desde un punto de vista global, especialmente asociado al gran aumento de la obesidad. «Esta cirugía es la mejor vía para rescatar a los pacientes con obesidad grave y revertir en alguna medida los factores de riesgo que, de no aplicar esta terapia, terminarían minando la salud de los obesos. No obstante, el éxito de este abordaje también está sujeto a la adopción de hábitos dietéticos saludables y una actividad física continuada».