Dormir poco favorece el desarrollo de obesidad

Diario Medico


Quizá debido a un mecanismo compensatorio, dormir poco puede favorecer el aumento de peso, ya que influye en los niveles de leptina y grelina, dos hormonas asociadas con la sensación de saciedad, según indica un estudio realizado por especialistas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos), que se publica en el último número de Public Library of Science.

El trabajo, coordinado por Emmanuel Mignot, indica que la variación en los niveles de estas hormonas indica al organismo cuándo está lleno e influye en el aumento del índice de masa corporal. Este hallazgo no sólo ofrece nuevas pruebas de que la duración del sueño puede actuar como un regulador del metabolismo y del peso corporal, sino que también existe una estrecha relación entre la función hormonal y el sobrepeso.

Estudios previos habían mostrado evidencias de esta relación. De hecho, un trabajo presentado en la última reunión de la Asociación Americana para el Estudio de la Obesidad indicó que el riesgo de presentar obesidad de las personas que dormían de dos a cuatro horas cada noche era un 73 por ciento mayor en comparación con el de los que dormían una media de ocho horas.

Fuerte impacto

Según los investigadores, dormir poco tiene un gran impacto en el funcionamiento de diversas hormonas asociadas al consumo de alimentos, como la grelina y la leptina, y puede influir significativamente en la aparición de problemas de sobrepeso.

La grelina, que fue descubierta hace cinco años y es producida principalmente por el estómago, aumenta las ganas de comer. La leptina, por su parte, es generada por las células grasas e indica la falta de reservas metabólicas y la necesidad de consumir más calorías. Por lo tanto, bajos niveles de leptina se traducen en inanición o descenso del apetito.

El estudio coordinado por Mignot contó con la participación de 1.024 voluntarios de entre 30 y 60 años a los que se sometió a polisomnografías durante el sueño y a análisis sanguíneos una vez cada cuatro años. Los resultados mostraron un aumento del 14,9 por ciento de grelina y un descenso del 15,5 por ciento en la leptina en las personas que habitualmente dormían menos de cinco horas, en comparación con los que dormían al menos ocho. «Esta es la primera vez que un marcador periférico hallado en la sangre relaciona los hábitos del sueño con el riesgo de sufrir sobrepeso u obesidad en la población general», ha señalado Mignot.

Sueño y función cognitiva

El 50 por ciento de los mayores de 65 años sufre trastornos del sueño, como despertares nocturnos o insomnio. Estos problemas pueden afectar negativamente al funcionamiento cognitivo y generar somnolencia durante el día, elevando el riesgo de accidentes. No obstante, la realización, aunque sea durante un corto periodo de tiempo, de actividades físicas y sociales a primera o última hora de la mañana y la tarde puede mejorar la función cognitiva y la calidad del sueño en ancianos, según un estudio realizado por especialistas del Departamento de Neurología de la Universidad de Northwestern, de Evanston, en Illinois (Estados Unidos), que se publica en el último número de Sleep. «Los resultados muestran que participar en programas de actividades físicas y sociales superiores a 30 minutos al día mejora la función cognitiva entre un 4 y un 6 por ciento y disminuyen los problemas para dormir. Los beneficios son mayores cuando estos programas se realizan a la mañana o al finalizar el día», ha señalado Susan Benloucif, coordinadora del estudio.