DiarioMedico, 1 Enero de 2004
La calidad de los aceites que se emplean en la cocina influye en la salud, al igual que el número de veces que se reutilizan, según un estudio español que aparece en el último número de la revista American Journal of Clinical Nutrition.
El estudio, coordinado por Federico Soriguer, del Hospital Civil de Málaga, ha determinado que la reutilización del aceite en la cocina eleva el riesgo de hipertensión. Asimismo, la ingesta de alimentos cocinados con aceite de girasol también conlleva mayor riesgo de hipertensión, mientras que el consumo de aceite de oliva parece proteger frente a esta alteración cardiovascular.
Basándose en los hallazgos de su propio trabajo, Soriguer recomienda el cocinado con aceite de oliva siempre que sea posible, y desecha la reutilización de un mismo aceite de cualquier tipo más de dos o tres veces.
«Aunque el aceite de oliva se ha venido considerando como un aditivo saludable para las comidas, la investigación sugiere que su reutilización repetida invalida cualquier efecto beneficioso para la salud», ha confirmado Soriguer.
El recalentamiento repetido degrada la integridad del aceite y permite la liberación de polímeros y compuestos polares que pueden absorberse con la comida. Para medir el efecto del uso repetido de un aceite de cocina, el equipo de Soriguer midió los niveles de polímeros y compuestos polares de muestras de aceites tomadas directamente de la cocina de 538 sujetos adultos.
Relación directa
«Cuantos más compuestos polares y polímeros se encontraron en la muestra de aceite de un determinado participante -signo de que el aceite se había reutilizado en repetidas ocasiones-, mayor era la probabilidad de que el individuo tuviera hipertensión. Sin embargo, aquellas personas cuyas muestras sanguíneas contenían una concentración relativamente alta de grasas típicas del aceite de oliva, tenían menos probabilidad que el resto de hipertensión», comenta en las conclusiones.
El aceite de oliva reutilizado repetidamente tendía a mostrar una concentración de polímeros y de compuestos polares más baja que el resto de tipos de aceite, lo que sugiere que «el aceite de oliva se degrada de forma más lenta que el resto de los tipos»,
Coste elevado
Soriguer ha añadido que, a pesar de que la dieta mediterránea se caracteriza por un alto consumo de aceite de oliva, su elevado coste está motivando que sea sustituido por otros tipos más baratos, como el de girasol o el de colza, o por mezclas de varios de ellos.