El tiempo dedicado a ver la tele es directamente proporcional al sobrepeso, según un estudio llevado a cabo por la Universidad Miguel Hernández de Alicante, con el que se ha demostrado que por cada hora que se pasa frente a la pequeña pantalla aumenta hasta un 30 % el riesgo de sufrir obesidad.
Es lógico porque mientras permanecemos sentados viendo la tele, dejamos de gastar calorías o consumimos muy pocas.
Esta investigación ha sido dirigida por Jesús López, del departamento de Salud Pública de la universidad alicantina, y en ella han participado 1.800 personas mayores de 14 años de la Comunidad Valenciana.
Si en los mayores es mala, en los niños y adolescentes la influencia de la pequeña pantalla puede ser nefasta, porque al margen del sobrepeso, también lleva consigo el cambio de hábitos. El mayor peligro es el contínuo bombardeo publicitario que les invita a comer frente a la tele (bollería industrial, dulces, precocinados, comida basura…), pero que también puede conducirles a un consumo irresponsable de alcohol y tabaco. Muchos pediatras han dado ya su voz de alarma y recomiendan a los padres seleccionar los programas que ven sus hijos, limitar el tiempo que pasan frente al televisor (no más de 2 horas diarias), proponerles actividades alternativas y sacar el aparato de televisión de las habitaciones de los niños. Respecto a esto último, se ha demostrado que los niños que no tienen el televisor en su cuarto tienen un mejor rendimiento escolar.