El medico interactivo, 16 de Julio de 2002
En el modelo experimental, los animales mostraron una mejoría en la función neuronal, una supresión de las sustancias inflamatorias del cerebro y un descenso en malondialehida (MDA) proteína indicadora del daño oxidativo
Dos nuevos estudios con animales, realizados por investigadores del Centro del Envejecimiento y Reparación Cerebral de la Universidad del Sur de Florida (EE.UU.), revelan nuevas evidencias de que ciertas frutas y verduras pueden proteger al cerebro de los estragos de la edad. Los nuevos estudios se publican en la última edición de la revista Journal of Neuroscience.
Los autores señalan que, de confirmarse estos hallazgos preclínicos en seres humanos, comer una dieta rica en frutas y verduras conteniendo antioxidantes puede ayudar a revertir el declive del aprendizaje y la memoria que se suele producir a edades avanzadas.
En el primer estudio, los investigadores alimentaron a ratas ancianas con una dieta rica en espinacas durante seis semanas. Se vio que los animales mostraron una reversión de la pérdida normal de capacidad de aprender que se produce con la edad. Es decir, que las ratas que se alimentaban con espinacas aprendías más rápido que las demás a asociar el sonido de una campana con una corriente de aire. El ‘test’ midió lo rápido que las ratas parpadeaban, al escuchar el tono de una campana, en anticipación de la llegada de la corriente de aire. Esta reacción condicionada suele hacerse más lenta con la edad, tanto en animales como en seres humanos.
Las espinacas son ricas en antioxidantes, lo que según los científicos contrarresta los radicales libres generados en el organismo durante el metabolismo normal y la exposición a agresiones medioambientales, como la contaminación, la luz ultravioleta y las radiaciones.
Un exceso de radicales libres puede perjudicar a los lípidos celulares, las proteínas, y el ADN. En el segundo estudio se observó que ratas alimentadas con algas espirulinas (ricas en antioxidantes) y con manzanas (de un contenido medio en antioxidantes) durante dos semanas, mostraron una mejoría en la función neuronal, una supresión de las sustancias inflamatorias del cerebro y un descenso en malondialehida (MDA) proteína indicadora del daño oxidativo.