- Olfato, gusto, tacto y oído, pero no vista… es la nueva propuesta de Fátima Pérez para su restaurante Diablo Mundo, los últimos jueves de cada mes.
- El 25 de septiembre la luz brillará por su ausencia en este atractivo local ubicado en Espronceda, 34, ¿te atreves a comer sin ver qué hay en el plato?.
Cuando cae la noche en Madrid, el alumbrado público se enciende y empiezan a iluminarse las ventanas… pero el próximo jueves 25 de septiembre el restaurante Diablo Mundo (Espronceda, 34. Tel. 91 395 00 37. www.diablomundo.com) se quedará a oscuras…
Fátima Pérez, chef y propietaria del restaurante, en su empeño de provocar el asombro de su clientela propone un menú muy especial para disfrutarlo de una forma inusual, original, divertida, y por qué no, también atrevida. Esta cocinera, de vocación tardía pero acertada, quiere que la gente coma y, sobre todo, experimente y ponga a punto los sentidos, todos, menos la vista. Quienes se embarquen en esta aventura sensorial degustarán cinco platos más dos postres, armonizados con tres vinos seleccionados por Carlos Arroyo, sumiller, director de Diablo Mundo y marido de Fátima, es decir, su tándem perfecto. El precio del menú es de 50 € por persona, y se llevará a cabo los últimos jueves de cada mes.
La primera cena a oscuras tendrá lugar el 25 de septiembre a partir de las 21.30 horas. Pero… ¿qué es lo realmente divertido de esto? Averiguar a través del gusto, el olfato y el tacto lo que se está comiendo y después, corroborarlo con la explicación de Fátima, que comenta uno a uno los platos degustados. A su vez, Carlos explica las características del vino y el porqué de la elección de un caldo concreto por plato. Se trata, de aprender a disfrutar de lo que se come sin verlo, ya que todos los sentidos se centran en lo que se degusta… el nombre de los platos es una sorpresa, pero estas son algunas pistas: Rojo por fuera, rojo por dentro; Marinero de agua dulce; El pescador pescado; La Mancha; América; Ricos y Pobres; Jardín; Roca de Castilla y aire del sur.
Pero si el comensal quiere conocer más sobre la carta de Diablo Mundo, cualquier excusa es buena para adentrarse en la apasionante y sugerente cocina de Fátima. Y degustar, por ejemplo, sus deliciosas manillas de lechazo tostadas y puré de comino, su salsa y chips de alcachofa. Por otro lado, dentro de poco, y dependiendo del tiempo, se sumarán a las cenas a oscuras las jornadas de setas de Diablo Mundo, sin duda, una de las especialidades más elogiadas de Fátima Pérez y que no faltan en las comandas de su restaurante homónimo situado en La Casona de Montealegre.
Además, la bodega es otro aliciente para reservar en este nuevo restaurante. Cuenta con más de 400 referencias, entre las que merecen un capítulo aparte la selección de vinos dulces, disponibles por copas y perfectos para armonizar con los postres y endulzar la sobremesa más apetecible.
En cuanto a la decoración, Diablo Mundo ha hecho un pequeño cambio de look durante las vacaciones estivales. El local está dividido en dos plantas entre las que se reparten un total de 15 mesas con capacidad para 60 comensales. Tanto en la primera como en la segunda planta, se ha quitado el banco corrido que cubría una de las paredes para dar lugar a confortables sillas que permiten una mayor separación e intimidad en las mesas. La media docena de elegantes lámparas con largos y atrevidos flecos, acompañan, ahora, un conjunto de modernas lámparas que llenan el local de una agradable luz. Cabe destacar que este acogedor espacio cuenta con un reservado para 10 personas en la segunda planta, con vistas a la calle y perfecto para reuniones familiares o de carácter empresarial; y para reuniones más amplias o cenas privadas, también puede cerrarse la segunda planta completa con un aforo para 20 personas. El precio medio de la carta es de 50 €. El restaurante dispone también de una amplia carta de cafés e infusiones y otra de cigarros. Su horario es de lunes a sábado de 13:30 a 15:30 horas y de 21:00 a 23:00 horas. Dispone de zona de fumadores, acceso para discapacitados, Wi-Fi y servicio de aparcacoches.