«Los Horcher» historia y leyenda de una saga referente en la gastronomía mundial

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Al cumplirse el 75 aniversario de la inauguración de Horcher Madrid, Gustav Otto Richard, tercer Horcher, y su hija Elisabeth, cuarta generación al frente del negocio familiar, novelan la apasionante historia de una saga referente de la excelencia gastronómica internacional, en un testimonio vivo de la grandeza de su leyenda.

Ficción y realidad, historia y gastronomía se mezclan en un recorrido apasionante por la Europa del siglo XX a través de esta saga familiar. Berlín, 1904. Gustav Horcher, cumpliendo su sueño, abre un restaurante en el corazón de la capital alemana. Pocos años después, las dos Guerras Mundiales y el régimen de Hitler determinarán la vida del país y sus habitantes. En 1943, huyendo del conflicto, Otto, el hijo de Gustav, se traslada con su familia a una España en plena posguerra, e inaugura de nuevo su restaurante en el Madrid del estraperlo y las cartillas de racionamiento, bajo la protección de la ficticia neutralidad de Franco. Son los años en los que agentes secretos, espías y contraespías invaden la ciudad, convirtiendo sus establecimientos más emblemáticos en centros de poder y decisión.

El libro

Durante décadas, han corrido ríos de tinta sobre los Horcher que engrandecían la leyenda de lo que se cocía no sólo en los fogones de su restaurante, sino también en sus salones. Con motivo del 75 aniversario de la inauguración de Horcher frente a los jardines del Parque del Retiro, Elisabeth Horcher, cuarta generación al frente del negocio familiar, desvela los entresijos de uno de los restaurantes más emblemáticos de Madrid y lo hace a través de sus recuerdos e imágenes inéditas del archivo familiar, con la colaboración de la escritora madrileña Mª Ángeles López de Celis en la novela histórico-gastronómica Los Horcher.



Trescientas páginas con la historia de la Europa del siglo XX como trasfondo en las que se revela lo que nadie contó antes, donde se mezclan ficción y realidad, y además se detallan algunas de las recetas más representativas de la carta de Horcher a lo largo de las décadas como el consomé Don Víctor, el ragú de ciervo y el Baumkuchen (pastel de árbol).

El sueño de Gustav Horcher de abrir un restaurante en el Berlín de 1904 es el punto de partida de cuatro generaciones y 114 años de negocio familiar. Una trayectoria en la que sus protagonistas han hecho frente a los acontecimientos más decisivos del siglo pasado.

En 1943, tras dos guerras mundiales, Otto Horcher abrió las puertas del restaurante Horcher en Madrid junto a los jardines del Parque del Retiro. Llegó de una Alemania convulsa al Madrid de la postguerra y el estraperlo para levantar un negocio de alta cocina y consiguió convertirlo en el lugar de encuentro de personalidades, artistas, miembros de casas reales, empresarios, políticos y espías. Salvador Dalí siempre comía con su mujer y musa, Gala en la que él consideraba su mesa; el cineasta francés Jean Cocteau dejó muchas caricaturas en los libros de firmas; Charlie Chaplin era cliente asiduo, así como Gina Lollobrigida, Sofía Loren, John Wayne, Burt Lancaster, el escritor Ernest Hemingway y muchas familias reales europeas que durante décadas han disfrutado de los salones privados de Horcher son algunos ejemplos. Esta apertura en la capital materializó la expansión internacional del negocio que había empezado su padre y que han continuado su hijo Gustav Horcher y su nieta Elisabeth Horcher.

«Somos unos privilegiados. Pocos negocios alcanzan un grado de excelencia y reconocimiento como el nuestro, pero menos aún consiguen sobrevivir al tiempo y sus coyunturas, a los avatares de la historia o a las desavenencias familiares. Y nosotros lo hemos conseguido», afirma orgullosa Elisabeth Horcher. La actual gerente del restaurante ha sido el motor principal del proyecto y ha contado con el apoyo y colaboración de su padre y propietario del mismo, Gustav Horcher, para hacerlo posible. El resultado es un libro que atesora toda la tradición de la familia, una apasionante novela sobre historia y gastronomía contemporáneas y la perfecta herramienta «para que los que nos sucedan comprendan mejor el significado del apellido Horcher como sinónimo del más preciado don para aportar felicidad a aquellos que disfrutan del buen comer y quieren sentirse especiales durante unas horas», apunta Elisabeth Horcher.



En la actualidad, ella junto a su equipo, liderado en cocina por el chef Miguel Hermann, es quien mantiene intacta la esencia original de este proyecto familiar. Para celebrar estos 75 años, el restaurante también ha preparado un menú especial que recopila algunos de los platos estrella de su historia.

Un fragmento del libro


«Ya hemos llegado al final y creo que ha sido una buena idea. Tenías razón. Nos tocaba contar nuestra propia historia —le comentó Gustav Horcher a su hija Elisabeth.

Ahora que conozco el relato completo, me siento más satisfecha que nunca de mi apellido y de la trayectoria personal y profesional de mis antepasados —aseguró Elisabeth.

Somos unos privilegiados. Pocos negocios alcanzan un grado de excelencia y reconocimiento como el nuestro, pero menos aún consiguen sobrevivir al tiempo y sus coyunturas, a los avatares de la historia o a las desavenencias familiares. Y nosotros lo hemos conseguido.

Cuatro generaciones y ciento catorce años de historia. Y nada me haría más feliz que ceder, un día, el testigo a alguno de mis hijos, dando paso a la quinta generación al frente de Horcher —afirmó Elisabeth con cierta emoción.

Yo ya no lo veré, pero nunca he estado tan convencido de que será así.

Tal vez este libro que atesora toda la tradición de la familia sea la mejor herramienta para que los que nos sucedan comprendan mejor el significado del apellido Horcher, como sinónimo del más preciado don para aportar felicidad a aquellos que disfrutan del buen comer y quieren sentirse especiales durante unas horas —apuntó Elisabeth, satisfecha.

Yo no lo habría expresado mejor. Porque, al final, de lo que se trata es de disfrutar de una buena comida y de una velada tan especial que invite a repetir.

¡Pues brindemos por ello!».

Cronología

1904

Gustav Horcher inauguró, en la zona más exclusiva de Berlín, su ansiado restaurante. Lo bautizó con su apellido, ubicándolo en el número 21 de la Martin-LutherStrasse, una avenida céntrica y elegante, cercana a la PotsdamerPlatz y al emblemático Tiergarten. La elección obedecía a razones prácticas, porque su familia era la propietaria de la mayor parte de los locales de aquella vía principal.

1914-1919

Primera Guerra Mundial. Gustav Horcher y su hijo Otto participaron en ella. Durante los años de conflicto, el restaurante Horcher prosiguió su actividad y se mantuvo a flote, gracias al trabajo y al tesón de frau Helene Horcher, que lo manejaba con tanta solvencia como su marido.

1925

Restaurada la paz, la vida en Berlín comenzó a recobrar su pulso y Gustav retomó las riendas de su restaurante, en cuyas mesas atendía a clientes de gran categoría.

1931

Gustav Horcher falleció de manera repentina. Dando una vez más inequívocas muestras de su consustancial coraje y presencia de ánimo, su viuda Helene Horcher continua formando parte del negocio familiar, como una pieza más del engranaje. Su hijo Otto se hizo con las riendas del restaurante. Aunque se mantuvo fiel en lo básico, cambió de estilo, añadiendo a los tradicionales platos de caza un toque afrancesado que les aportaba refinamiento y ligereza.

1936

Juegos olímpicos de Berlín. Un buen número de personalidades extranjeras que pasaron por la capital alemana con motivo de los Juegos, visitaron el restaurante Horcher, cuyo prestigio aumentó exponencialmente, haciéndose famosas sus especialidades culinarias en el mundo de la restauración y atrayendo a los gastrónomos más expertos.

1937

El establecimiento fue elegido para representar a la mejor cocina teutona en la Exposición Universal de París, incomparable escaparate al mundo del acervo cultural, geográfico y gastronómico de las naciones participantes. Y, como no podía ser de otra manera, la fama y la buena cocina atrajeron a la cúpula de la Luftwaffe y del alto mando nazi. Animado por la fama y la bonanza del negocio, Otto Horcher se aventuró a abrir un restaurante con su sello en la capital británica, concretamente en la señorial Burlington Street.

1939

El negocio iba sobre ruedas. Y tras los Acuerdos de Múnich, inmediatamente anteriores al estallido de la guerra, en los que se establecía el nuevo mapa del Reich alemán, Otto Horcher decidió abrir un nuevo restaurante en Austria, el Die Drei Husaren, Los Tres Húsares, enclavado en Weihburggasse, 4, de Viena. Sin alternativa posible, Horcher cumplió escrupulosamente el encargo del alto mando alemán Wilhelm Keitel, jefe de la Wehrmacht, y abrió delegaciones Horcher en Oslo, Tallin, Riga y Vilna, intentando que aquellos lejanos pero regios establecimientos cumplieran con solvencia su cometido, que no era otro que el de recordar a los alemanes dispersos por el mundo que la mejor Alemania recuperaría muy pronto su antiguo sello imperial.

1942

Con las ofensivas a gran escala de los aliados sobre Berlín, Horcher se vio obligado a tomar la decisión de clausurar el restaurante. Poco después tendría lugar el cierre definitivo por parte del alto mando nazi.

1943

Con el establecimiento clausurado y la amenaza aliada acercándose a Berlín, Otto Horcher no vio más alternativa que abandonar Alemania. Un largo periplo le llevó, junto a su familia, de Berlín a París, en una primera fase, para, meses después, enlazar por ferrocarril con la Línea Imperial Madrid-Irún. Un convoy transportaba todo el material del restaurante que había conseguido salvar. *El 18 de noviembre de ese mismo año, Horcher Madrid abría sus puertas en la calle Alfonso XII, número 6. En tan solo tres meses, el madrileño restaurante Horcher abrió sus puertas con la mejor de las acogidas por parte de un público cosmopolita y sofisticado, capaz de apreciar una impecable gastronomía de reminiscencias alemanas, que cadadía se hacía más española.

1944

El madrileño Horcher funcionaba a pleno rendimiento, gracias al buen hacer de Domenico Puccini, que viajó con Otto desde Alemania y a un selecto grupo de españoles, excelentes profesionales de la hostelería, que comenzaron a trabajar bajo las órdenes del restaurador, mientras se iban incorporando al establecimiento, procedentes de Berlín, en un goteo incesante, veteranos empleados alemanes.

1945

Como sucediera en Berlín, el restaurante Horcher, desde su apertura en Madrid, estuvo frecuentado por un elenco de agentes y altos funcionarios de la embajada alemana, pero también por representantes de los servicios de inteligencia británicos y americanos, cada vez más numerosos en Madrid. Las reuniones se alargaban hasta bien entrada la madrugada y los espías más activos preparaban sus misiones, recibían correspondencia off the record y organizaban sus estrategias.

1949

Por aquel entonces, y debido a la numerosa clientela que llenaba las mesas de Horcher a diario, Otto se vio en la necesidad de organizar dos turnos para las cenas. En primer lugar, los extranjeros, en un horario más temprano y, en segundo lugar, otro, tardío, para los nacionales, cuya liturgia comenzaba con interminables y vehementes tertulias en torno a un aperitivo generosamente regado con los mejores caldos nacionales en «El bar de Horcher», situado en el sótano, donde hoy se encuentra igualmente la zona más informal del establecimiento.

1960

Hay quien piensa que, con Otto, Horcher vivió su época de mayor gloria. Tras la retirada de Domenico Puccini, varios fueron los jefes de cocina que gestionaron fugazmente los fogones de Horcher, incluido el afamado chef francés del momento, Jean Claude Bourgueil. Igualmente fueron maîtres destacados Carlos Hech, jefe de sala, y segundo jefe, después, con Cristóbal López en Madrid. Otro gran maître, unido a Horcher desde los años treinta en Berlín hasta su cierre definitivo, fue Alfred Hirschfeldt. Con posterioridad en los años cincuenta, aterrizó también en España y se unió a la plantilla como jefe de sala junto al mítico Cristóbal López Prieto que comenzó a trabajar en Horcher en 1945, y desde que entró en el establecimiento por primera vez, supo que aquel era su sitio.

1962

Desembarcó en el buque insignia de la cocina europea Carlos Horcher, primo lejano de Gustav. Aquella fue una época dorada para el restaurante madrileño, que contaba, al mismo tiempo, con él en la cocina y el maestro Cristóbal al frente de la sala.

1974

Tras varias etapas de formación en Francia, Reino Unido, Austria y Alemania, Gustav Horcher tomó el relevo del negocio familiar a la edad de treinta y cuatro años, tras una ardua negociación con su padre, que ya sobrepasaba de largo la edad óptima de jubilación.

1976

Gustav abre «La Fonda», el restaurante en Marbella, que cerraría en 1996. Y Ana Cotoner, actual esposa de Gustav, abrió «Ascot», una especie de delegación de Horcher en La Moraleja.

1980

Si hay una característica que distingue a Horcher desde siempre es el trato personalizado. Tanto en la cocina como en la sala. Los platos se elaboran religiosamente bajo pedido, por lo que el resultado está garantizado. Pero en Horcher, la liturgia tiene una fase más, solemne y ceremoniosa, que aporta la guinda al proceso de elaboración y de individualización. El jefe de sala, desde una mesa auxiliar de servicio, pone el punto final a la elaboración del menú y lo emplata a la vista del comensal, que disfruta de ese momento único, difícil de encontrar en cualquier otro lugar.

1993

El annus horribilis para el restaurante Horcher, sus propietarios y trabajadores. Hubo un antes y un después de aquella recesión que no paró en barras. Y dos fueron las medidas que se tomaron en un intento por paliar los efectos devastadores de unos momentos de máxima dificultad financiera. La plantilla se vio sensiblemente reducida, a través de las jubilaciones de los empleados de más edad, y se adoptó, como medida cautelar, hoy convertida en ley, el cierre de los periodos de Semana Santa y del mes de agosto. De esta forma, al contar con menos personal, se evitaban los turnos.

2006

Elisabeth, hija de Gustav Horcher y Ana Cotoner, se incorporó al negocio familiar de «oyente». Formada en Suiza y París, para terminar en México, pasó durante su formación, como su padre, por cocinas y salas, sirvió mesas y atendió la barra de un bar, además de aprender a manejarse, con desenvoltura, como relaciones públicas.

2008

Llegó, como para todos los españoles, la crisis económica, y sobrevivir pasó a ser el verbo mágico, y la resistencia numantina la única estrategia para superar los tiempos difíciles. En unos pocos meses cerraron en Madrid una docena de restaurantes de primerísima fila, miembros de un exclusivo club donde no tenían cabida más de cincuenta, pero Horcher se mantuvo.

2010

Elisabeth Horcher es la nueva cabeza visible del restaurante. Con setenta años cumplidos, Gustav Horcher consideró que había llegado el momento de pasar a la retaguardia y ceder el testigo a su hija, la cuarta generación Horcher y la primera mujer al frente del negocio familiar. Tiempos nuevos y gentes inéditas, y ella estaba llamada a liderar a una joven remesa de profesionales que, junto con el jefe de cocina Miguel Hermann, un hombre de treinta y un años y más de diez al frente de los fogones de Horcher, continuarán creando experiencias irrepetibles, manteniendo la esencia original que les ha permitido, durante décadas, ser referencia indiscutible en la capital de España.



Magnífico desayuno, con café con leche, tortitas y huevo poché con salmón marinado.

Los autores

Gustav(1940) y Elisabeth Horcher (1980), padre e hija, tercera y cuarta generación, y propietario y gerente respectivamente del restaurante Horcher Madrid.

Mª Ángeles López de Celis, escritora madrileña, licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma y funcionaria de carrera, ha formado parte, durante treinta y dos años, de la Secretaría de los cinco presidentes del Gobierno de la democracia. Está en posesión de la Cruz de la Orden del Mérito Civil (2006). En 2010 comenzó su andadura literaria con «Los presidentes en zapatillas», con el que obtuvo un gran éxito. Después vendrían «El síndrome de Alí-Babá» y «Las damas de La Moncloa», así como las novelas «Las crónicas de Armikelo» y «La diputada».

Datos:

  • Los Horcher
  • Autoras: Elisabeth Horcher y Mª Ángeles López de Celis
  • Editorial: La esfera de los libros
  • Novela histórica
  • ISBN: 9 788491 643982
  • PVP. aprox.: 23,90 €
  • Más información: www.esferalibros.com

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