Y sus diez consejos para un buen beber y un mejor despertar
«La de barman es una profesión, o mejor dicho una vocación, que requiere un aprendizaje largo e intenso, además de esa experiencia que solo dan años y años de práctica diaria. Más aún, no solo debe ser bueno en lo que a las bebidas se refiere, sino que debe tener también psicología y empatía, lo que se dice don de gentes. Solo así podrá saber los gustos de sus diferentes clientes casi mejor que ellos mismos.» Toda esta sabiduría a la hora de hacer y disfrutar un cóctel, así como deliciosas recetas… lo encuentras en el último libro de Javier de las Muelas, referente de la coctelería española y mundial: ‘Cócteles para dummies’, el manual esencial para preparar los mejores combinados de Javier de las Muelas
«Quiero proponerte mis propios “diez mandamientos”, parte de los cuales no son sino un comentario desarrollado de los del maestro Chicote. Si los sigues, puedes estar convencido de que serás un barman que gozará del respeto de su clientela. Igualmente, muchos de ellos los podrás aplicar también en otro papel no menos trascendente, el de anfitrión. Por tanto, ¡toma buena cuenta de ellos!». Están incluido en el último libro de Javier de las Muelas, junto a un montón de anécdotas y recetas de los más afamados cócteles del autor.
1. AMAR SU PROFESIÓN. El buen barman se hace, pero también nace. Saber el porqué de las cosas es importante, pues nada es gratuito. Debe también ser elegante en sus formas y movimientos, pulcro y limpio en su modo de trabajar, siempre impecable en su aspecto, su atención y su efectividad en el servicio, no solo en la barra, sino también en todo cuanto en ella tiene lugar.
2. EL CONOCIMIENTO DE LA MATERIA. Quien quiera hacer honor al nombre de barman debe saberlo todo acerca de los destilados y licores, las formas de mezclarlos y de presentarlos. Eso es algo que te dará el estudio, pero no menos la práctica diaria, el ensayo y el error. Muy importante en este punto: sirve a tus invitados solo aquellos combinados que hayas probado y que sepas preparar perfectamente.
3. OÍR, VER Y CALLAR. Una de las virtudes de los mejores barmans es la de la discreción. El protagonista es siempre el cliente y es por ello que el barman ha de estar siempre a su disposición, pero también estar dispuesto a desaparecer cuando sea menester.
4. CULTURA DE SERVICIO. El cliente debe experimentar la sensación de estar viviendo una experiencia única. Ello se consigue mediante lo que se llama la “cultura del servicio”, esto es, la pasión por querer servir a las personas más allá de una contraprestación económica. Para mí se trata de un aspecto importantísimo, de una manera incluso de entender la vida. El secreto para alcanzarla no es otro que la eficacia y la eficiencia apoyadas en el conocimiento. El gesto, el buen hacer, una sonrisa… todo eso suma para conseguir ese mismo fin. No obstante, no confundas servicio con servidumbre.
5. LAS FORMAS CLÁSICAS. Hay que dominar las formas de siempre, aunque tu temperamento te empuje a innovar y romper. Esto es como ese pianista que quiere sobresalir en la música contemporánea, pero que necesita estudiar a clásicos como Mozart para hacerse con una técnica. Solo quien domina esta es luego capaz de ir más allá.
6. DISFRUTAR UNO MISMO Y HACER DISFRUTAR. Como toda vocación, y la de barman lo es, debes disfrutar haciendo lo que haces. Y eso debe verse en tu forma de trabajar, de llevar a cabo las mezclas, de batir la coctelera, de servir las copas. No busques el espectáculo ni la sorpresa, sino la naturalidad, aquellos movimientos que te sean más cómodos.
7. CONFERIR LO INEXPLICABLE. Una parte esencial del disfrute de todo cóctel es la preparación. Un buen barman, con su profesionalidad y toque de carácter, es aquel que logra elevar el deber a arte, conferir a la bebida algo inexplicable, inefable y, por qué no, divino. Es por ello por lo que me gusta comparar el arte del cóctel con una liturgia y al barman, con el sacerdote que celebra.
8. EL ENTORNO FÍSICO. El entorno físico donde tomemos el cóctel debe estar especialmente cuidado, debe reflejar inquietud por los detalles. El barman es el responsable de mantener la magia invisible de ese espacio, que todo esté ordenado y bien ventilado […] En esas condiciones es cuando una buena mezcla adquiere la condición de cóctel y alcanza su máximo sentido.
9. UN BUEN RITMO. Al igual que sucede en una buena película, el ritmo con el que transcurre la acción es fundamental. El barman, lo mismo que el anfitrión, debe seguir un guión cuidado, y ello desde que recibe hasta que despide a sus feligreses o invitados. Ese guión debe incluir pequeños grandes detalles (los más sencillos son los que más sorprenderán), momentos especiales que deben seguir un orden y tener un ritmo adecuado.
10. MEJOR EN COMPAÑÍA. Tan importante como elaborar un cóctel es saber acompañarlo. ¿Y qué mejor compañía que nuestra pareja o ese grupo de amigos con afinidades y gustos comunes? Tener la habilidad de servir unos originales snacks, unas pequeñas porciones de comida (un buen jamón nunca falla) que mariden con esos cócteles o unos detalles dulces bien presentados, harán que la experiencia de saborear el combinado sea muy superior. De ese modo, qué duda cabe, acariciarás la excelencia.
10 consejos para un buen beber y un mejor despertar
«Hay algo que no conviene olvidar nunca, y es que este tipo de bebidas tiene en la mayor parte de los casos un componente alcohólico. Por tanto, ¡hay que disfrutarlas con cabeza! Si aun así sabes que la jornada que se te presenta será “memorable”, ahí va una serie de recomendaciones para disfrutar de cada copa y que la posible resaca del día siguiente sea lo más llevadera posible, nos dice Javier de las Muelas:
1. UNA BUENA PREPARACIÓN. Seguramente habrás oído hablar de muchas recetas de la abuela que, al menos en teoría, evitan que te embriagues […] Yo recomiendo tomar un par de cucharadas de aceite de oliva, pues de este modo se forma una película en el estómago que dificulta la absorción del alcohol por parte del organismo. Como esta solución puede ser para más de uno algo desagradable (aunque a mí, lo reconozco, me encanta), hay alternativas: un buen trozo de queso, unas lonchas de jamón ibérico, unos chicharrones o, incluso, un vaso de cremosa leche de vaca, pueden ejercer de sabrosos sustitutivos. Eso sí, nada de esto impedirá que te embriagues en caso de que te excedas.
2. SORBO A SORBO. Si tienes sed, un cóctel no es la bebida que te la calmará. En ese caso, nada mejor que un buen vaso de agua o un trago largo, pero muy rebajado, por ejemplo un Tom Collins de ginebra, zumo de limón, azúcar y un poco de soda para alargarlo (encontrarás la receta de este combinado en el capítulo 11). No olvides que el cóctel es para disfrutar, y por ello debe tomarse sorbo a sorbo, sin prisas. Un buen consejo aquí es el de no beber más deprisa que el más lento de los bebedores del grupo.
3. EVITA LAS MEZCLAS. Cuando se sale de copas, las mezclas no suelen traer nada bueno. Por tanto, si empiezas con un Gin & Tonic, sigue con él. Y si lo haces con un Margarita, lo mismo. («Te doy la receta del primero en el capítulo 11, y del segundo, en el 12» de mi libro.) No olvides tampoco beber de vez en cuando un buen vaso de agua, pues de este modo evitarás en gran medida los tan molestos dolores de cabeza del día después.
4. EL ENGAÑOSO CAFÉ. Existe la leyenda urbana de que un café sirve de ayuda para reanimar y despejar la cabeza, y disipar esos vapores etílicos tan propios de una noche de copas. No es así, al contrario: aturde. Y no solo eso, sino que funciona como diurético, de modo que ayuda a que el alcohol permanezca en el organismo.
5. AGUA ANTES DE DORMIR… Después de una noche de fiesta y antes de ir a dormir, no olvides tomar un buen vaso de agua. No te salvará de la resaca del día siguiente, pero hará que puedas pasar una mejor noche.
6. … Y TAMBIÉN AL DESPERTAR. Dormir es el mejor remedio que hay contra la resaca. Una vez despiertes es básico que tu organismo reponga agua y sales perdidas, por lo que habrá que hidratarlo y alimentarlo. Un guiso fuertemente condimentado ayuda a que el agua y las sales se asimilen más rápidamente. Eso, o un Bloody Mary, un cóctel que parece concebido precisamente para estas situaciones: una copa de vodka, zumo de tomate, sal, pimienta, salsa Perrins, tabasco y un tronco de apio que hay que comer. Otra opción es un Bull Shot, que sustituye el zumo de tomate por caldo de rabo de buey. (Encontrarás la receta de ambos combinados en el capítulo 10.)
7. COMBATIR EL MAL CON SU CAUSA. Como queda dicho, nada mejor que un buen caldo para reponer fuerzas. Hay, no obstante, quien prefiere combatir la resaca tomando la misma bebida que la noche anterior, si bien rebajada con agua […] Para otros, nada mejor que una buena cerveza. Aunque también es cierto que hay quienes, en plena resaca, son incapaces no ya de oler, sino ni siquiera de pensar en cualquier cosa relacionada con alcohol.
8. EJERCICIO FÍSICO. Para recuperarse de los excesos de una noche de copas pocas opciones hay más recomendables que el ejercicio físico. Por ejemplo, correr a un ritmo suave durante media hora. Tras eso, un baño de agua caliente, una sauna y un masaje son de lo más reparador.
9. SI EL MALESTAR PERSISTE… Con estos remedios que te he explicado la resaca no debería dejar secuelas de consideración. Pero si aun así el estómago permanece resentido, toma un antiácido, como la clásica sal de frutas Heno. Si es la cabeza la que te duele, recurre a una aspirina.
10. EL CONSEJO DE ORO. La inteligencia y la categoría se demuestran en el comer y, sobre todo, en el beber. “Dime cómo bebes y te diré quién eres.” Debes beber con moderación y responsabilidad.»