Médicos expertos en Salud Capilar de Svenson ofrecen sus conocimientos en Calidad de Vida para pacientes oncológicos

Ofrecen «Cuidados Médico-Estéticos del Paciente Oncológico» y colaboran con la Universidad de Alcalá en proyectos de postgrado y formación.

La Dra. Ángela García Matas, directora médico de Svenson y docente del Máster Cuidados Médico-estéticos del Paciente Oncológico de la Universidad de Alcalá responde a las principales cuestiones en torno a dichos cuidados:

  • ¿Cuáles son las principales alteraciones capilares en el paciente oncológico?

La caída del cabello es el efecto adverso más frecuente y el más estresante psicológicamente para cualquier paciente, independientemente de su sexo al abordar un tratamiento antineoplásico.

La alteración primera y más evidente es la caída por la acción directa de estos tratamientos sobre los cabellos en fase rápida de crecimiento. Usualmente ésta se inicia entre los 7 y 10 días y continúa hasta el 2 o 3 mes. Cada uno de los fármacos utilizados en estos tratamientos tiene un mecanismo de acción diferente. Uno de los más habituales es el daño al ADN celular mediante la interferencia en la formación del huso mitótico, lo que impide el crecimiento de la célula.

Teniendo en cuenta que la mayor parte del cabello del cuero cabelludo suele encontrarse en fase anágena (de crecimiento), la interrupción de la replicación de las células de la matriz llevará a una fase catágena (de caída) prematura que irá formando pelos débiles, proclives a la caída. Este proceso irá repitiéndose en los cabellos que estaban en otras fases hasta alcanzar la pérdida total de pelo.

El ciclo del pelo tras el tratamiento con quimioterapia es variable en función de múltiples factores. De los más importantes, el fármaco utilizado, la dosis, la respuesta personal al tratamiento o la zona del cuerpo que se vea afectada. Por ejemplo, el pelo del cuero cabelludo que es el primero en caerse también es el primero en volver a salir. En cambio, las cejas y pestañas tardan más.

Es probable que el nuevo cabello sea igual que el perdido, pero también puede verse alterado (más grueso o más ondulado, de diferente color, más lacio…) Una vez metabolizado el fármaco en los folículos, este cabello debería recuperar su forma original.

Si el cabello se ha perdido por radiación, es posible que pasen entre cuatro y seis meses para que vuelva a aparecer siquiera un centímetro. Este nuevo cabello es muy probable que sea más fino.

  • ¿Cuáles los principales Cuidados Médico-Estéticos del Paciente Oncológico?

El primer principio para abordar todos los cambios estéticos a los que los pacientes oncológicos se van a enfrentar, es el conocimiento de los mismos, y como en todo en Medicina, la prevención antes de la curación.

La caída del pelo, es de los efectos secundarios más temidos por los pacientes y debemos indagar hasta qué punto va a tener una repercusión psicológica negativa en la evolución de la enfermedad sino se afronta de una manera racional y siempre en la búsqueda de soluciones transitorias y definitivas.

El cabello se cae, pero es importante cuidar el cuero cabelludo, al igual que el resto de la piel al objeto de que esté preparado para el crecimiento post-tratamiento.

La aplicación de tratamientos cosméticos que mimeticen los efectos de la pérdida está completamente indicada.

  • ¿Cómo influye el impacto de la pérdida de cabello en estos pacientes?

Se trata del efecto adverso más estresante psicológicamente hablando. Contrariamente a lo que usualmente se pensaba, ambos sexos se ven igualmente afectados por la alopecia secundaria a quimioterapia. Tanto los hombres como las mujeres creen que esta pérdida aguda del cabello pone en evidencia su condición de enfermos. La diferencia entre ambos sexos es que a los varones les preocupa, además de la caída del pelo de la cabeza y la cara, la pérdida del vello corporal.

  • Qué terapias o técnicas más avanzadas existen hoy en día para este tipo de pacientes y en qué consisten:

Todavía no existe un tratamiento contra la alopecia que padecen los pacientes sometidos a tratamientos antineoplásicos. Cada uno de ellos tiene una respuesta diferente y lo más importante es individualizar el abordaje de los mismos.

Podemos hablar de medidas preventivas, basadas en la disminución del flujo sanguíneo al cuero cabelludo en el momento de la aplicación de la quimioterapia, lo que minora los efectos adversos que sobre el folículo se pudieran provocar, ya que en la mayoría de los casos, el daño es dosis dependiente. En esta línea se ha evolucionado desde los torniquetes en la piel delcuero cabelludo que se utilizaban en los años 70, hasta los actuales Gorros Fríos o refrigerantes, mucho más sofisticados y efectivos.

Hay varias escuelas, unas detractoras y otras a favor del uso de estos gorros y hay varios estudios que avalan que su uso al menos retrasa la caída del cabello en los tratamientos antineoplásicos y en otros, debido a su uso, ésta no se produce.

  • En cuanto a prótesis capilares: hombres y mujeres. Cuáles son las más idóneas, características y cómo han evolucionado.

Naturales, que no se noten y de la mejor calidad, estas serían las características más importantes para estas prótesis. Hace años estaban más estandarizadas. Actualmente son totalmente adaptables, con contornos recortables para poder dar toda la naturalidad a la línea de nacimiento del cabello y la zona de las patillas. También se ha avanzado mucho en las bases, ahora cada vez más finas, transparentes y transpirables.

  • ¿De todas las terapias, técnicas o productos para hacer frente al impacto de la caída del cabello, cuáles son las más demandas en hombres y en mujeres?

En el caso de las mujeres, las que más sufren por la pérdida del pelo en el cuero cabelludo, la solución más demandada sigue siendo la peluca, aunque muchas optan también por los pañuelos.

En los casos en los que se han perdido las cejas parcial o totalmente, una vez pasado el tiempo establecido tras la aplicación de los tratamientos, una solución cada vez más demandada es el microinjerto, a veces combinado también con la micropigmentación.

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