Pese a que, según los últimos estudios, un consumo moderado puede ser beneficioso para la salud, debido al abuso es uno de los peores enemigos de los jóvenes y adultos españoles. Se le considera una droga por las repercusiones físicas, psicológicas, y los problemas de salud y de entorno que genera.
En España mueren cada año 12.000 personas a causa de enfermedades o accidentes ocasionados o favorecidos por el consumo de bebidas alcohólicas. En Europa, el abuso de alcohol es responsable de una de cada cuatro muertes entre jóvenes varones de 15 a 29 años, fundamentalmente en accidentes de tráfico ocasionados por personas que conducen bajo los efectos del alcohol. Por esta causa mueren cada año en Europa 57.000 jóvenes.
En términos generales, el consumo de alcohol está disminuyendo en la población española desde la década de los ochenta, gracias, entre otras razones, a una percepción social más clara sobre sus repercusiones sanitarias.
¿Qué es?
El alcohol es la droga más consumida en nuestro entorno sociocultural, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales, malos tratos, problemas de salud, alcoholismo, etc.).
Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional.
No es un estimulante, como a veces se cree; la euforia inicial que provoca se debe a que su primera acción inhibidora se produce sobre los centros cerebrales responsables del autocontrol.
Bebidas fermentadas y destiladas
Las bebidas alcohólicas se clasifican básicamente en dos grupos, en función de su proceso de elaboración:
- Bebidas fermentadas
- Proceden de la fermentación de los azúcares contenidos en diferentes frutas (uvas, manzanas, etc.) Son características de este grupo la cerveza, la sidra y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4 y 12 grados. Su descubrimiento fue casual, como resultado de la putrefacción natural de frutas almacenadas.
- Bebidas destiladas
- Resultan de la depuración de las bebidas fermentadas, para obtener mayores concentraciones de alcohol. Se trata de bebidas como el vodka, la ginebra o el ron, y oscilan entre 40 y 50 grados. La destilación fue inventada en el siglo VII por los alquimistas árabes, de quienes procede el nombre de la sustancia, al-kohl.
En los años noventa aparecieron en el Reino Unido unas nuevas bebidas conocidas como alcopops, consistentes en refrescos a los que se ha añadido alcohol. Su contenido alcohólico va de los 4 a los 15 grados. Actualmente extendidos por toda Europa, en España se comercializan con nombres como John Lemon.
La graduación de una bebida indica el volumen de alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vino de 12 grados contiene un 12% de alcohol puro.
Efectos
Los efectos del alcohol dependen de diversos factores:
- La edad (beber alcohol mientras el organismo todavía se encuentre madurando, es especialmente nocivo).
- El peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa corporal)
- El sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general, menor que la masculina)
- La cantidad y rapidez de la ingesta (a más alcohol en menos tiempo, mayor intoxicación)
- La ingestión simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de alimentos grasos, dificulta la intoxicación)
- La combinación con bebidas carbónicas (tónica, Coca-Cola, etc.) que aceleran la intoxicación.
Efectos psicológicos
En función de la dosis, pueden experimentarse diversos efectos:
- Desinhibición
- Euforia
- Relajación
- Aumento de la sociabilidad
- Dificultades para hablar
- Dificultad para asociar ideas
- Descoordinación motora.
Efectos fisiológicos
Los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente en la sangre (tasa de alcoholemia, medida en gramos por litro de sangre):
- 0,5 g/l: euforia, sobrevaloración de facultades y disminución de reflejos
- 1 g/l
- desinhibición y dificultades para hablar y coordinar movimientos
- 1,5 g/l: embriaguez, con perdida del control de las facultades superiores
- 2 g/l
- descoordinación del habla y de la marcha, y visión doble.
- 3 g/l
- estado de apatía y somnolencia
- 4 g/l
- coma
- 5 g/l
- muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor.
Riesgos
Se llama «unidad de bebida estandar» (UBE) a la cantidad de alcohol contenida en un vaso de vino o en una caña de cerveza (alrededor de 12,5 centímetros cúbicos de alcohol puro). La investigación ha establecido un número de UBEs a partir del cual existe evidencia de riesgo para la salud.
A lo largo de una semana se recomienda no pasar de 21 unidades a los hombres y de 14 a las mujeres, y existe evidencia de aumento de riesgo cuando se pasa de 35 unidades para los hombres y 20 para mujeres.
En el plano psicológico
Además de una intensa dependencia psicológica, sentida como necesidad apremiante de beber alcohol, el abuso regular puede provocar:
- Pérdida de memoria
- Dificultades cognitivas
- Demencia alcohólica.
En el plano orgánico
El abuso crónico de alcohol está asociado a diversos problemas de salud:
- Gastritis
- Úlcera gastroduodenal
- Cirrosis hepática
- Cardiopatías
- Tolerancia y dependencia física, con un síndrome de abstinencia caracterizado por ansiedad, temblores, insomnio, náuseas, taquicardia e hipertensión, que puede desembocar en un delirium tremens si no se recibe tratamiento adecuado.
Situación en España
Según datos de 1999, el 87,1% de los españoles de 15 a 65 años ha bebido alcohol alguna vez. Casi el 62% lo ha consumido durante el mes anterior a ser encuestado y alrededor de 14 de cada 100 lo consumen a diario.
Los jóvenes de 20 a 24 años son los que con mayor frecuencia se emborrachan. Entre quienes han bebido alcohol durante el último año, la mitad de los chicos de esa edad y un tercio de las chicas se han emborrachado al menos en una ocasión.
Alrededor de un millón de españoles bebe alcohol en exceso los días laborales (más de 7 unidades diarias entre los varones y más de 5 entre las mujeres). De ellos, 263.000 beben alcohol en tales cantidades que se sitúan próximos al alcoholismo, según los datos del Plan Nacional sobre Drogas. Estos porcentajes se están reduciendo en los últimos años.
Alrededor de 1.300.000 personas se emborrachan los fines de semana en nuestro país, con 285.000 haciendo un consumo de alto riesgo. El porcentaje más elevado de bebedores abusivos de fin de semana se encuentra entre los 20-24 años con un 16,2%, seguido de los de 25-29 años con un 12,2%. Estas cantidades experimentan un prometedor descenso desde 1997.
Entre los estudiantes españoles de 14-18 años, el 76% ha bebido alcohol en alguna ocasión y el 58% durante el último mes. También se percibe, según los últimos datos, una evolución positiva con una disminución importante en las cifras con respecto a 1994.