- Elena Espinosa pide una nueva forma de pensar global para abordar los problemas del hambre en el mundo.
- La Ministra ha señalado que esta forma de pensar deberá construirse con respeto a las culturas locales, y liderada por los países que busquen tanto el bienestar propio como el de sus vecinos.
La Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino ha subrayado que hay que reformular el sentido que la alimentación debe tener en la sociedad. Elena Espinosa ha participado el jueves, día 16 de octubre, en el acto del Día Mundial de la Alimentación, que bajo el lema “La Seguridad Alimentaria Mundial: los Desafíos del Cambio climático y la Bioenergía” organiza la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) en Madrid.
En su intervención, la Ministra ha resaltado que la conmemoración debe
ser un día de reflexión y ha recordado los distintos acontecimientos
recientes que han situado en el más alto nivel la preocupación por la
alimentación, en marcos como la Conferencia de Alto Nivel sobre la crisis
alimentaria global celebrada el pasado junio en Roma y el Congreso de la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza de la semana
pasada en Barcelona.
Además, ha destacado que se necesita con urgencia una nueva forma de
pensar, un método, una nueva forma de hacer política que esté a la altura de la
complejidad y de los retos a los que se enfrenta la humanidad.
Elena Espinosa ha añadido que la nueva forma de pensar, esa conciencia
colectiva global, deberá construirse con respeto a las culturas locales y
que debería ser liderada por los países que busquen tanto el bienestar
propio como el de sus vecinos.
Políticas más eficaces
En el contexto de interrelaciones entre seguridad alimentaria, cambio
climático, conservación de la naturaleza y uso de la energía, la Ministra
ha destacado que existe la obligación de diseñar las políticas nacionales y
locales, así como de contribuir a que las políticas globales sean más
eficaces.
Elena Espinosa ha señalado que el MARM trabaja con la perspectiva
territorial y ecológica, que junto con la globalización se han convertido en
una circunstancia necesaria no sólo en lo económico, sino en lo humano,
en lo político, en lo cultural y en lo social. Así, ha señalado que no
podemos hablar, como cuestiones separadas entre sí, de la alimentación,
de la seguridad alimentaria, de superar los riesgos del cambio climático,
de la bioenergía, del crecimiento de la población, del hambre o de acceso
al bienestar.