El documento se ha elaborado tras la jornada organizada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) en Zaragoza bajo el título “Agua Hidratación Salud”
- Cuestiones como la fisiología, la hidratación de niños y jóvenes, la hidratación en la edad adulta y los aspectos culinarios de la misma, el resurgir de la hidroterapia o la compleja hidratación en la tercera edad se han tenidos en cuenta para la elaboración del manifiesto.
- El agua facilita los procesos de digestión, absorción, vehiculización y excreción; ayuda a las reacciones metabólicas y la turgencia celular y es un factor clave en la regulación de la temperatura corporal.
- Las entradas se componen a partir de la ingesta de agua, regulada por la sensación de sed, el agua culinaria incorporada con los alimentos y el agua de oxidación, agua metabólica que rinde entre 200-300 ml al día.
Alrededor de todas las virtudes del agua, la jornada organizada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) en Zaragoza bajo el título “Agua Hidratación Salud” desembocó en lo que se ha dado en llamar la “Declaración de Zaragoza”, un documento de intenciones elaborado por la propia SENC y el Observatorio de la Nutrición y Actividad Física.
Recuerda el presidente de la SENC, Javier Aranceta, que “el agua es el componente corporal mayoritario en el cuerpo humano. Un lactante está formado por un 70% de agua, un adulto varón en torno al 55% y una mujer, en el mismo intervalo de edad. un 46%. El agua varia entre los individuos dependiendo de la proporción de masa magra en relación al tejido adiposo. Así, el agua corporal total es más elevada en los atletas en relación a las personas sedentarias con menos masa muscular”.
El especialista observa los múltiples beneficios del agua en la salud del ser humano. “El agua es un elemento solvente que facilita los procesos de digestión, absorción, vehiculización y excreción; ayuda a las reacciones metabólicas y la turgencia celular y es un factor clave en la regulación de la temperatura corporal”.
La ingesta de agua encuentra en el organismo humano un mecanismo de acción preciso. Puntualiza Javier Aranceta que “el componente hídrico está regulado en condiciones fisiológicas por el tracto gastrointestinal, el sistema renal y las estructuras cerebrales de regulación meostática que facilitan el equilibrio entre entradas y salidas de agua”.
Ese ajuste preciso obedece a un proceso concreto. “Las entradas se componen a partir de la ingesta de agua, regulada por la sensación de sed, el agua culinaria incorporada con los alimentos y el agua de oxidación, agua metabólica que rinde entre 200-300 ml al día. En total unos 2.300 ml. al día que se compensan con los apartados de excreción; orina, agua contenida en las heces, transpiración, pérdidas insensibles y aparato respiratorio. Este balance se modifica en función del clima, actividad física y situación fisiopatológica del individuo”.
Como quiera el organismo no está provisto de grandes provisiones de agua es necesario un aporte continuo de elementos hídricos. “Las necesidades básicas de agua son al menos de 1ml/Kcal. de ingesta calórica en la edad adulta y en torno a 1,5ml/Kcal. en la edad pediátrica y en otras etapas fisiológicas lo que se traduce en una ingesta básica de agua/líquidos en torno a los 1500 ml./día”, subraya el presidente de la SENC.
En relación a esta evidencia y con ocasión de la Jornada SENC “Agua, hidratación y salud” celebrada en Zaragoza el 20 de Junio de 2008, una comisión de expertos formada por miembros de la SENC y el Observatorio de la Nutrición y Actividad Física trabaja en la elaboración de la “Declaración de Zaragoza”. Se ha considerado oportuno un análisis científico del perfil general de hidratación de la población española en base a la ingesta de distintas fuentes de elementos acuosos”.
Esta comisión de expertos está formada por Carmen Pérez Rodrigo, Secretaria General de la Academia Europea de Nutrición; Manuel Moya catedrático de pediatría y presidente SEINAP; María Lourdes de Torres, Secretaria del Observatorio de la Nutrición y Actividad Física (NyAF); Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y presidente de la Fundación Española de Nutrición (FEN), Alberto López Rocha, médico hidrólogo y geriatra y presidente de SEMER; Lluis Serra Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública y Presidente de la Fundación Dieta Mediterránea (FDM) y Javier Aranceta. Presidente de la SENC y coordinador Observatorio NyAF.
Durante la jornada, deliberaron sobre cuestiones tales como la fisiología y sus aplicaciones comunitarias, la hidratación en la etapa infantil y juvenil, el área clínica y la enfermería, la hidratación en la edad adulta y los aspectos culinarios de la misma, el resurgir de la hidroterapia, la compleja hidratación en la tercera edad y una serie de consideraciones epidemiológicas y comunitarias de la hidratación.
Estas reflexiones derivan en una declaración fruto de una puesta al día de las necesidades en distintas etapas de la vida y las diversas situaciones fisiopatológicas que derivarán en un análisis del perfil de ingesta de líquidos en la dieta española y su adecuación a los criterios de la comunidad científica. Asegura Aranceta que “el objetivo final de la declaración de Zaragoza se centra en plantear un marco de recomendaciones que fije los conceptos en torno al consumo de agua de bebida, infusiones, bebidas estimulantes, refrescos azucarados, bebidas lácteas y otros elementos líquidos”.