Antonio Pais
El fármaco de Sanofi-Aventis es el primer bloqueador selectivo de los receptores CB1 del sistema endocannabinoide
Diversos especialistas han destacado, durante la jornada «El paciente correcto para Acomplia» celebrada recientemente en la localidad francesa de Montpellier, la eficacia y seguridad que este fármaco, que en España se comercializa desde el pasado día 3 de marzo, tiene en el tratamiento de los factores de riesgo cardiometabólico asociados a la obesidad y al sobrepeso, tales como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la dislipemia o los niveles bajos de colesterol HDL o altos de triglicéridos. Acomplia (rimonabant) es el primer bloqueador selectivo de los receptores CB1 del sistema endocannabinoide.
En el comienzo de la jornada, el doctor Basilio Moreno, jefe Clínico de Endocrinología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, presidente hasta el año 2007 de la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) y actualmente de la Fundación de esta sociedad, ha destacado que la obesidad es ya una epidemia global, que España está en el primer puesto europeo en número de obesos y personas con exceso de peso, y en el tercero del mundo tras Estados Unidos y Méjico.
Moreno se ha referido a que estudios como el RIO, realizado por más de seis mil médicos de Atención Primaria en más de 180.000 pacientes (896 facultativos y casi 20.000 pacientes, españoles) confirman la relación entre la obesidad abdominal (más de 102 centímetros de cintura en hombres y de 82 en mujeres) y la enfermedad cardiovascular. En este sentido, Acomplia es el primer fármaco que aborda de forma global los factores de riesgo cardiometabólico. «Tratar la obesidad abdominal es tratar el riesgo cardiovascular», ha resumido el doctor Moreno.
Por su parte, Rafael Maldonado, jefe de la Unidad de Neurofarmacología de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, ha explicado el funcionamiento del sistema endocannabinoide (SE), sistema fisiológico del organismo del control del equilibrio energético, del metabolismo de la glucosa y de los lípidos, así como la regulación del peso corporal. «El SE va a estar en silencio, sin actividad, y se activa con estímulos externos para volverse a apagar después», ha dicho.
Maldonado se ha referido a los efectos positivos que se consiguen gracias al bloqueo selectivo de los receptores CB1 del SE, con el tratamiento con Acomplia, en el tejido adiposo, en el hígado, en el páncreas y en el músculo esquelético. «En los estudios vimos que cerca del 50 por ciento de las mejoras en los niveles de azúcar en sangre así como en los lípidos en pacientes tratados con Acomplia fueron independientes de la pérdida de peso», ha añadido.
En este sentido, Pedro Conthe, jefe de Sección de Medicina Interna del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente electo de la Sociedad Española de Medicina Interna, ha incidido en que Acomplia es «el primer fármaco que permite reducir varios factores de riesgo cardiometabólico y que puede actuar sobre la diabetes y la enfermedad cardiovascular, con un solo tratamiento. Los efectos adversos son poco frecuentes y no significativos» ha destacado. El fármaco no está indicado para pacientes con depresión mayor o con tratamiento antidepresivo, según ha informado Jacques Berthe, director científico del centro de investigación del laboratorio.
Un problema de salud crónico que exige financiación estatal
Los expertos han coincidido en señalar que el paciente tratado con rimonabant debe hacerse a la idea de que sufre un problema crónico, aunque las mejoras pueden conllevar una reducción de la dosis tanto de este fármaco como de los indicados para otra enfermedad cardiovascular, con los que es compatible y a los que puede llegar a desplazar. El tratamiento con Acomplia se enmarca en el Programa Acompaña, que, como ha explicado Ignacio Arístegui, de Sanofi-Aventis, el paciente debe asumir el compromiso de que va a cambiar su estilo de vida para sacar partido al tratamiento. «Se trata de ayudar al profesional médico y al paciente», ha resumido.
Rimonabant está en el mercado en 26 países de todo el mundo, y un cuarto de millón de personas ya han sido tratadas con él. En España, el coste del fármaco es de 109 euros para 28 dosis diarias de 20 mg. En este sentido, Basilio Moreno ha recordado la pasada Declaración de Zaragoza, firmada por las principales sociedades científicas españolas relacionadas con las enfermedades derivadas de la obesidad, que incide en que ésta debe recibir financiación pública. «El obeso sufre un agravio comparativo respecto a otros pacientes de enfermedades metabólicas como la diabetes, la HTA o la dislipemia», ha reivindicado este especialista.