El medico interactivo, 19 de Junio de 2007
La obesidad infantil afecta a 21 millones de niños en Europa de ahí que la Unión Europea apueste por la firmeza en su política de combate a la obesidad, según indicó hoy el comisario europeo de Salud, Markos Kyprianou, precisando que el objetivo es lograr un «compromiso voluntario» con los productores para que dejen de hacer publicidad de comida que no es saludable para los niños.
De no ser así, precisó Kyprianou en una entrevista publicada hoy , la Comisión Europea «no tendrá otra alternativa que adoptar una legislación restrictiva». En opinión del comisario, «las personas no viven en una burbuja segura en la que las podemos proteger», más bien al contrario, existe Internet y televisión por satélite, y aunque se eduque a los padres para que sepan decir ‘no’ a los hijos, es muy complicado impedir a un niño tener acceso a ese tipo de productos.
Por ello, explicó Kyprianou, la Comisión Europea pretende «intentar que la industria deje voluntariamente de anunciar comidas poco saludables para los niños pequeños», como la comida rápida. El compromiso todavía no se alcanzó, pero los productores «saben que, si no hacen eso, no tendremos otra alternativa que adoptar una legislación restrictiva», indicó el comisario de Salud.
Kyprianou recordó que la realidad refleja «números preocupantes en Europa, con 21 millones de niños obesos o con exceso de peso», por ello la política de la UE pasa por una combinación de estrategias, y además de la formación y el control de la publicidad, es necesario «una nueva formulación de productos, para tener ofertas sabrosas al mismo tiempo que saludables».
Además de una nueva legislación para el etiquetado de los productos, que deberá ser aprobada durante la presidencia portuguesa de la UE que comienza el próximo 1 de julio, y que permitirá etiquetas más legibles y fáciles de entender, también está sobre la mesa la posibilidad de que sea obligatorio que conste la información nutricional, la cantidad de calorías, de azúcar y grasas.
Entre las propuestas figura que en los colegios se incentive el ejercicio físico, pero sin carácter obligatorio sino lúdico, ya que los niños obesos hacen todo lo posible para evitar el deporte, porque «se avergüenzan y no consiguen competir con los otros», concluyó Kyprianou.