E.P., 15 de Noviembre de 2005
Una dieta rica en proteínas, la mitad de ellas de origen vegetal, que supone sustituir parcialmente con proteínas y grasas monoinsaturadas los carbohidratos, puede mejorar los niveles de colesterol, disminuir la presión sanguínea y reducir el riesgo cardiovascular, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (Estados Unidos) que se publica en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
Los expertos explican que, a pesar de la extendida idea de que un consumo reducido de grasa saturada disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, se desconoce el mejor tipo de macronutriente (proteínas, grasas insaturadas o carbohidratos) que debería sustituir a las grasas saturadas. Dos objetivos principales dentro de las recomendaciones dietéticas son disminuir la presión sanguínea y mejorar los niveles de lípidos en suero, dos de los factores determinantes de riesgo en la enfermedad cardiovascular.
Los científicos compararon los efectos en los lípidos y la presión sanguínea de tres dietas: un régimen rico en carbohidratos; una dieta rica en proteínas, la mitad procedente de vegetales; y un régimen rico en grasas insaturadas, predominantemente grasas mononoinsaturadas. Cada dieta poseía niveles reducidos de grasas saturadas, colesterol y sodio y era rica en frutas, verduras, fibra, potasio y otros minerales a niveles recomendables.
En el estudio participaron 164 adultos con prehipertensión o hipertensión en fase 1. Los participantes mantuvieron cada régimen durante 6 semanas y se mantuvo constante el peso corporal. El estudio se realizó entre abril del año 2003 y junio del 2005.
Los investigadores descubrieron que la presión sanguínea, el colesterol de lipoproteinas de baja densidad y el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria era inferior en cada dieta en comparación con la línea base del estudio.
En el estudio, en comparación con una dieta rica en carbohidratos, una dieta que reemplazó a medias los carbohidratos con proteínas, cerca de la mitad de ellas procedentes de los vegetales, disminuyó la presión sanguínea, los niveles de colesterol LDL y los niveles de triglicéridos, así como los niveles de colesterol HDL entre adultos con prehipertensión o fase 1 de hipertensión.
La dieta que reemplazó en parte los carbohidratos con grasas insaturadas, predominantemente grasas monoinsaturadas, disminuyó la presión sanguínea, los niveles de triglicéridos y aumentó los niveles de colesterol HDL pero no tuvo efectos significativo en los niveles de colesterol LDL. El riesgo de enfermedad cardiaca coronaria fue similar en las dietas de proteína y grasas insaturadas y menor en aquellas dietas de carbohidratos.
Los autores concluyen que al establecer los niveles recomendados de grasas saturadas, colesterol, fibra, fruta, verduras y minerales, las dietas que reemplazan parcialmente los carbohidratos con proteínas o grasas monoinsaturadas pueden disminuir la presión sanguínea, mejorar los factores de riesgo lípidos y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular.