E.P., 10 de Octubre de 2004
Un estudio realizado en animales de experimentación indica que una dieta alta en soja podría favorecer el sistema cardiovascular y el metabolismo óseo en mujeres en la premenopausia. Los hallazgos, procedentes de dos estudios separados realizados ambos en la Wake Forest University Baptist Medical Center (EE.UU.), han sido dados a conocer en la reunión anual de la asociación North American Menopause Society en Washington, D.C.
Los resultados indican que, para el colesterol y la densidad ósea, los estrógenos de la soja pueden ser los más efectivos, en conjunción con los propios estrógenos del organismo, que lo pueden potenciar especialmente en mujeres que aún no han llegado a la menopausia. Los especialistas indican la posibilidad de que la sinergia de estrógenos y soja pueda también tener otros beneficios. En uno de los estudio se vio que los animales alimentados con una dieta basada en la soja mejoraban sus niveles de colesterol en comparación con los que comían una dieta a base de leche y proteínas animales.
Las mejorías fueron más pronunciadas en los que se encontraban en el riesgo más alto de padecer una enfermedad vascular. Los investigadores midieron la relación de colesterol total y el HDL (liproteínas de alta densidad). Una relación inferios se considera más sano. En los animales que se encontraban en el máximo riesgo de afección cardiaca el ratio descendió en un 48 por ciento en comparación con los que no ingirieron soja.
Los animales con menor riesgo que consumieron soja registraron una reducción del 33 por ciento. Una perdía de un 48 por ciento en el ratio de colesterol se equipararía a una reducción del 50 por ciento en los depósitos de grasa en las arterias. En el segundo estudio, se observó que los animales que consumían soja registraban un aumento en la masa ósea en relación con los monos que no la consumían.
El estudio plantea la cuestión de si el consumo de soja antes de la menopausia puede ayudar a las mujeres a mantener la masa ósea tras la menopausia. La pérdida de masa ósea que se da naturalmente después de la menopausia puede derivar en osteoporosis y en un riesgo aumentado de fracturas.