Nutriguia, 10 de Mayo de 2004
La idea de que las vitaminas antioxidantes podrían proporcionar una forma inocua y adecuada de proteger al corazón de ciertas patologías, podría no ser completamente cierta.
Un estudio, dirigido por científicos de New York University School of Medicine (EE.UU.) y publicado en la última edición de la revista Journal of Clinical Investigation (JCI), señala que vitaminas como la E, la C y el betacaroteno podrían elevar la producción, por parte del hígado, de VLDL, o lipoproteínas de baja densidad en las paredes arteriales.
Así lo han observado los autores del presente trabajo en estudios realizados en animales de experimentación. Cuando las células se encuentran en situación de estrés oxidativo, se producen radicales libres por la conversión normal de los ácidos grasos poli-insaturados en peróxidos lípidos, que «bombardean» las células.
En el presente estudio se ha descubierto que las células hepáticas reaccionan activando una ruta que descompone la proteína ApoB100, componente clave del VLDL y de otras proteínas perjudiciales.
Al privarse de ApoB, el hígado no puede producir estas lipoproteínas dañinas y su secreción en el torrente sanguíneo se reduce notablemente. Según se ha visto, la vitamina E, un antioxidante bien conocido, evitaba la activación de la ruta de descomposición de lipoproteínas en células hepáticas de animales de laboratorio, por lo que el hígado destruía menos lipoproteínas dañinas.
El presente trabajo es el primero que documenta esta relación entre las vitaminas antioxidantes y el colesterol de muy baja densidad, si bien se necesitan más estudios que confirmen estos hallazgos.