LOS PACIENTES ONCOLÓGICOS CON UNA NUTRICIÓN ADECUADA TIENEN UNA MEJOR RESPUESTA AL TRATAMIENTO Y UNA MAYOR SUPERVIVENCIA

Según el doctor Javier Dorta, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)

Saludpress. Madrid, 20 de septiembre de 2002

El 90% de las personas con cáncer en las que la extirpación no ha sido posible y entran en una fase de la enfermedad, lentamente progresiva, la aparición de la desnutrición es inherente a la propia evolución del tumor. No obstante, según el doctor Javier Dorta, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y de la Federación de Sociedades Españolas de Oncología (FESEO), “los pacientes oncológicos con una nutrición adecuada tienen una mejor respuesta al tratamiento y una mayor supervivencia”.

Precisamente, entre todos los tipos de cáncer que existen, los expertos apuntan al de mama como aquel en el que más problemas de desnutrición se dan. “En el tumor mamario, en el que se consigue hasta un 70% de curación, hay un importante número de mujeres que reciben tratamiento, en una etapa muy importante de la mujer, entre los 40 y los 60 años. Son mujeres que están en la flor de la vida, con hijos adolescentes y que tienen que seguir tratamientos molestos que, en muchos casos, les dificulta de forma importante la vida cotidiana”, explica el doctor Seguí.

Aunque en los últimos 10-15 años han aparecido tratamientos que disminuyen mucho la aparición de náuseas y vómitos, ocasionan menos riesgos vitales y mejoran la calidad de vida de los pacientes, se siguen dando una serie de molestias que contribuyen a que sea difícil llevar el tratamiento en el día a día. Según el doctor Seguí, “la quimioterapia produce una serie de efectos secundarios que dificultan la alimentación, desde el mismo nerviosismo de la situación hasta la angustia, vómitos, náuseas, alteraciones del gusto y los sabores. Hay una falta de apetito, que favorece que la alimentación no sea correcta.

Sin embargo, en un momento en el que se necesiten muchas energías, como cuando se recibe quimioterapia y radioterapia, es fundamental una alimentación que ayude a soportar bien los tratamientos”.

“Además”, explica el doctor Dorta, “cuando la localización tumoral pertenece al aparato digestivo y a través de la cirugía se extrae parte del estómago o del intestino grueso, se crea una incapacidad para tolerar muchos alimentos y, con frecuencia, aparece diarrea cuando las intervenciones son de la parte alta del estómago. Por otra parte, con el empleo de radioterapia en la cavidad oral o en el estómago, se produce una irritación de estos órganos y, con ella, la incapacidad para ingerir alimentos de forma adecuada”.

Diarrea, estreñimiento, náuseas y vómitos, anorexia, úlceras o llagas en la boca, alteración del gusto o del olfato, sequedad de boca o sabor a metálico, son los diversos problemas digestivos que pueden padecer las personas con cáncer que reciben tratamiento. Según Francisca Ruiz Mata, enfermera del Servicio de Oncología del Hospital General de Catalunya, “entre todos ellos, los problemas que más comentan los pacientes son la diarrea, las náuseas, los vómitos y mucositis”.

Para prevenir los efectos secundarios digestivos de los tratamientos en general,se aconseja comer una, dos o tres horas antes de la quimio y radioterapia, y para evitar o disminuir los efectos adversos de los tratamientos, se recomienda seguir una dieta baja en grasas, de fácil digestión, el día anterior a la quimioterapia, durante los días de tratamiento y los dos o tres días posteriores, pasando progresivamente a la dieta habitual.

“Existen una serie de medidas que hay que adoptar cuando se presenta cada uno de los efectos secundarios», explica Francisca Ruiz Mata. Por ejemplo, hacer dieta absoluta (no comer ni beber) durante unas dos horas para dejar descansar el intestino e iniciar una dieta líquida después de forma progresiva para paliar la diarrea; evitar alimentos que se peguen en el paladar, ingerir bocados pequeños y masticarlos completamente, incluyéndose en la comida alimentos como patatas, papaya, miel y salvia, ya que tienen efecto antiséptico y depurativo, cuando se tienen llagas en la boca, o elegir sabores fuertes y evitar el contacto de productos ácidos como el vinagre con recipientes metálicos que facilitan la disolución de estos productos (algunas cacerolas de acero inoxidable liberan níquel en contacto con alimentos ácidos), para no tener sabor a metálico.