En la actualidad, existe un debate sobre la saciedad: Cuán llena hacen sentir a la gente los productos alimenticios bajos en calorías, y por cuánto tiempo, y si la cantidad de calorías ingeridas hace o no que la gente coma o beba más como consecuencia de que el cuerpo espera más calorías de las que en realidad le son proporcionadas.
NC&T, Diciembre 2012
El equipo de Keri McCrickerd, de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, diseñó un experimento para, primeramente, ver si añadir un agente espesante (goma de tara) incrementaba las sensaciones de espesor, adherencia y cremosidad percibidas en un yogur de los que pueden tomarse como si fuesen una bebida, y luego analizó cómo estas percepciones afectaban las sensaciones de llenura y saciedad que se esperaba obtener al ingerir el yogur.
Los resultados mostraron que incluso personas sin preparación para catar profesionalmente alimentos pudieron percibir con precisión diferencias sutiles en la textura de la bebida, a pesar de que el sabor era el mismo.
En la segunda fase del experimento, los sujetos estimaron cuánto esperaban que los llenara un botellín de yogur, seleccionando para ello cierta cantidad de pasta que ellos pensaban que tendría el mismo efecto sobre su apetito que beberse el yogur. En general, los sujetos esperaban que las bebidas espesas y las cremosas los hicieran sentir más llenos que las que no lo eran, y aumentar el sabor cremoso de una bebida espesa incrementaba aún más lo que se esperaba que ella llenara. Sin embargo, las contribuciones de estas sensaciones a la saciedad esperada no fueron las mismas: Sólo el espesor (y no la cremosidad) influyó sobre el tiempo que se esperaba que la bebida mantuviera saciado el apetito.
«La textura y el sabor de un alimento son fundamentales para el grado de intensidad de la sensación de saciedad que provoca comerlo.»
Tal como señala McCrickerd, las sensaciones de apetito y llenura son percepciones complejas, porque no son sólo las calorías en la comida o la bebida las que hacen que un producto nos haga sentir llenos. Las señales provenientes del estómago son importantes, pero también lo es cómo se siente la bebida en la boca. En el nuevo estudio, tanto el sabor cremoso como la textura afectaron a las expectativas de sentirse lleno, pero sólo el espesor pareció afectar a las expectativas sobre cuánto tiempo se mantendría saciado el apetito. Esto puede deberse a que la textura espesa es una característica típica de alimentos que asociamos con la capacidad de saciar el apetito durante un largo periodo.
Más información: Noticias de la ciencia y la Tecnología