Los implantes dentales son piezas que se insertan en el hueso maxilar con el propósito de sustituir artificialmente a la raíz del diente que se ha perdido. Los implantes se adaptan de forma sana y totalmente natural integrándose con el resto de los tejidos de la boca.
Los tejidos que envuelven a los implantes son más delicados y menos resistentes a las agresiones de la placa bacteriana (biofilm oral).
Si no se toman las medidas de higiene adecuadas, la acumulación de placa bacteriana (biofilm oral) puede provocar una reacción inflamatoria en la encía alrededor del implante (mucositis periimplantaria). Si esta reacción inflamatoria no se controla y evoluciona, puede dar lugar a la pérdida ósea alrededor del implante (periimplantitis), que sin tratamiento específico puede causar la pérdida del implante.
Mejor prevenir
Para prevenir estas complicaciones y eliminar las bacterias, es necesario realizar un correcto mantenimiento a través de:
- Visitas periódicas a la clínica dental para la eliminación de la placa bacteriana (biofilm oral) acumulada y la revisión de los tejidos alrededor de los implantes y de las prótesis.
- Una correcta y completa higiene bucal diaria en casa siguiendo las instrucciones de higiene indicadas por el profesional: utilizar cepillos diseñados especialmente para la limpieza de implantes dentales, sin olvidar la limpieza en los espacios interproximales (entre los dientes), alrededor de los implantes y bajo las prótesis, usando elementos específicos para ello. Como complemento al cepillado, se aconseja el uso de pasta dentífrica y colutorio antiséptico para un máximo control de la placa bacteriana (como por ejemplo biofilm oral) alcanzando los espacios de difícil acceso.
En este sentido, el uso de productos específicos como el colutorio PERIO·AID, especialmente indicado para patologías bucales como la periodontitis o periimplantitis.
Irrigación bucal
Los especialistas también recomiendan la irrigación bucal, una técnica de higiene bucal que consiste en la aplicación directa de un chorro de agua o antiséptico que ayuda a eliminar las bacterias depositadas en los dientes, encías, lengua y lugares de difícil acceso de la cavidad bucal.
Y es que la combinación de cepillado e irrigación logra una eficacia de hasta un 93% superior en la mejora de la salud gingival respecto al uso sólo del cepillo manual. Aunque esta técnica está indicada para cualquier persona, está especialmente recomendada para pacientes con implantes ya que consigue reducir el nivel de patógenos subgingivales que son directamente responsables de la infección y la inflamación que conduce a la pérdida de inserción y del hueso.