AGENCIAS, 28 de Octubre de 2010.- Un estudio conjunto entre las Universidades de Navarra y Harvard ha demostrado que seguir un patrón de dieta mediterránea frena el aumento de peso que habitualmente se produce con la edad.
El trabajo, dirigido por Juan José Beunza, se basa en el seguimiento de 10.376 voluntarios participantes en el Seguimiento Universidad de Navarra (SUN), tras comparar durante seis años el cambio de peso en los graduados universitarios que seguían fielmente el modelo tradicional de dieta mediterránea y en quienes no lo hacían.
Según ha informado el centro en una nota, el estudio revela que los varones con dieta mediterránea aumentaban menos su peso -128 gramos por año de media- que quienes no llevaban una dieta mediterránea, que engordaban más del doble, 287 gramos por año.
El efecto fue menos marcado en mujeres, según el estudio, ya que en ellas los datos apuntaban a un incremento de 242 gramos por año si seguían una dieta mediterránea frente a 300 gramos por año si no lo hacían.
Asimismo, fue muy relevante la disminución en el aumento de peso de aquellas personas que ya tendían a engordar, de forma que los participantes que habían subido más de 3 kilos durante los cinco años anteriores al inicio del estudio engordaron 48 gramos por año con una dieta mediterránea y 261 gramos si optaron por otro tipo de alimentación, tanto mujeres como hombres.
En este sentido, Beunza advierte que a pesar de que las cifras parezcan pequeñas, si se proyectan «a largo plazo, por ejemplo a 20 años, suponen diferencias importantes desde el punto de vista clínico en el control del peso corporal».
Respecto a la idea de que resulta normal aumentar de peso con la edad, el autor principal confirma que se trata de una falsa creencia, pues «la realidad es que el patrón de dieta mediterráneo hace más lenta la subida de peso que se sufre habitualmente con la edad, pero esta subida de peso no debe considerarse normal».
Además, este análisis, que se ha publicado en la revista de Nutrición «American Journal of Clinical Nutrition», puede suponer una herramienta eficaz para frenar el avance «preocupante» de la obesidad, que ya tiene una altísima prevalencia en los países desarrollados.
En estos, la obesidad «es una importante causa de enfermedad y mortalidad, y que parece resistente a cualquier esfuerzo que hagamos desde el campo de la salud pública», subraya Beunza.
Como coautora del trabajo, Estefanía Toledo, destaca el papel de España como país «privilegiado» para abordar el problema de la obesidad, ya que el gran número de personas que siguen este patrón dietético «ofrece una información muy valiosa sobre el patrón de dieta mediterráneo, cosa que no sucede ni en Estados Unidos ni en el norte de Europa».