Se aconsejan comprar sólo en establecimientos autorizados, es decir, rechazar la venta ambulante, y establecer una secuencia de compra en función del tipo de alimento. Así, los productos no perecederos deben adquirirse en primer lugar, después los alimentos frescos y finalmente los congelados. Tampoco debe portarse en la misma bolsa alimentos y productos de droguería ya que pueden ser tóxicos
El centro de investigación y desarrollo tecnológico del sector agroalimentario, AINIA, recomienda preparar y servir los alimentos «inmediatamente» para «evitar la proliferación de gérmenes en los alimentos, en los meses de verano». Asimismo, apuntaron que los estudios de las enfermedades transmitidas por alimentos señalan como principales responsables la temperatura inadecuada en la conservación, las manipulaciones incorrectas, la insuficiente cocción y la falta de limpieza, según informó la entidad en un comunicado.
Por ello, aconsejaron seguir varias normas, basadas en las Reglas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que con ello, «se evitarán numerosas enfermedades provocadas por una inadecuada manipulación o conservación de los alimentos».
A la hora de comprar los alimentos, aseguraron que es importante «elegir los establecimientos donde se compran alimentos atendiendo a la higiene de sus instalaciones, la correcta manipulación de los alimentos por parte de los profesionales que los atienden y el respeto a las condiciones de exposición, venta y conservación de cada producto».
En este sentido, consideraron que «es esencial el mantenimiento de la cadena de frío en aquellos alimentos que lo requieran», así como «comprobar que el envase del producto esté en perfectas condiciones y desechar aquellos que estén abollados, abombados, oxidados o deteriorados». Además, «no deben adquirirse productos que presenten un olor extraño o estén descoloridos, así como huevos rajados o sucios», añadieron.
Desde AINIA aconsejan «comprar sólo en establecimientos autorizados, es decir, rechazar la venta ambulante», y establecer una secuencia de compra en función del tipo de alimento. Así, los productos no perecederos deben adquirirse en primer lugar, después los alimentos frescos y finalmente los congelados.
Tampoco debe portarse en la misma bolsa alimentos y productos de droguería ya que pueden ser tóxicos.
En cuanto al almacenamiento de los productos, destacaron que el orden a la hora de guardarlos, una vez en casa debe ser, en primer lugar, los congelados; a continuación, los frescos perecederos y finalmente, los no perecederos. También aconsejaron «leer siempre las etiquetas donde se indican las condiciones especiales en las que hay que conservar los alimentos, ya que «muchos productos que no necesitan ser conservados en frigorífico pueden necesitarlo una vez abiertos los envases que los protegen».
Los alimentos no perecederos se conservan en la despensa, que deberá estar limpia, aireada y ordenada. Los productos se colocarán en estantes separados del suelo y se evitarán riesgos como caídas, golpes, humedad o calor. Asimismo, es conveniente no almacenar en espacios próximos comida humana y animal, ni artículos de limpieza, aseguraron las mismas fuentes. Del mismo modo, «conviene establecer una rotación de productos que permita consumir los anteriores antes de usar los alimentos recién comprados».
Respecto a los alimentos refrigerados, hay que tener en cuenta que «deben consumirse aquellos productos congelados que al llegar a casa se han descongelado; si se prepara alimento para varios días, hay que separarlo en porciones pequeñas y congelarlos rápidamente; no se debe introducir alimentos calientes en el frigorífico; es necesario cuidar la limpieza y orden en la colocación de los alimentos.
Separar alimentos crudos y cocidos
En el frigorífico recomendaron separar los alimentos crudos de los cocidos, para lo cual es más conveniente ubicar los cocidos en las baldas superiores y los crudos en las inferiores, para evitar goteos.
También hay que «aprovechar los espacios sin amontonar los alimentos, favoreciendo la circulación del aire entre ellos», y no se debe introducir en el frigorífico las latas de conservas con restos del producto sobrante, sino que se tiene que guardar en recipientes de plástico o vidrio cubiertos, destacaron.
Por lo que se refiere a la preparación de los alimentos, la persona que los manipule debe observar unas «estrictas prácticas higiénicas». Así, como primera norma «es imprescindible que tenga las manos siempre limpias, que las lave cada vez que haga falta y siempre que haga uso del servicio». También es importante limpiar la cocina diariamente y hacer especial hincapié en que la basura esté «bien almacenada, y alejada de los alimentos», advirtieron desde Ainia.
Asimismo, destacaron que «el manejo inadecuado de los alimentos puede ocasionar su contaminación» a través de las manos y uñas sucias, toser sobre ellos, contacto con las manos sin lavar después de haber tocado alimentos crudos, paños o utensilios sucios, agua no potable, o insectos que se ponen encima».
Desde el centro tecnológico, manifestaron que los alimentos pueden estar contaminados por microorganismos, por lo que éste debe someterse a una temperatura mínima de 70ºC para destruirlos con el calor. Añadieron que un alimento cocinado puede volver a contaminarse por contacto con otro crudo o por objetos que hayan estado en contacto anteriormente con un alimento crudo. En este sentido, «el trapo o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación, por lo que es preferible utilizar papel de cocina», recomendaron.