Dr. Barajas del Rosal: “No debemos viajar en avión o bucear con catarros, alergias, sinusitis u otitis”

  • El barotrauma, patología producida por las cambios de presión, suele desaparecer espontáneamente, si es de pequeña intensidad, pero si se prolonga durante días o es de gran intensidad, se requiere de atención médica

Madrid, 31 de julio de 2012.- No es recomendable realizar viajes en avión o practicar submarinismo si se sufren catarros, alergias respiratorias, sinusitis u otitis. Así lo recomienda el jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital USP San Camilo de Madrid, quien explica que el barotrauma es una patología originada por los cambios de presión en el oído, bien en el aire o en el agua, que suele desaparecer espontáneamente pero que puede prolongarse durante días, en cuyo caso es necesario acudir al especialista.

El barotraumatismo se manifiesta casi siempre en su forma más leve, es decir, con un ligero taponamiento de los oídos. Lo padecen frecuentemente quienes, entre otros casos, practican el submarinismo, viajan en avión o por zonas de montaña o incluso en ascensores porque la presión del aire disminuye según asciende y aumenta según se desciende, sobre todo si la persona está acatarrada o padece una infección en las vías respiratorias altas (rinitis, faringitis, sinusitis u otitis). En la mayoría de los casos desaparece espontáneamente al momento o a las pocas horas, pero es posible que se prolongue durante más días, en cuyo caso se requiere atención médica.

La fosa nasal, relata el especialista, es la responsable de dar aire y presión necesaria al oído. La trompa de Eustaquio es un conducto que comunica la parte posterior de la fosa nasal con el oído medio. Cada vez que tragamos –saliva u otras sustancias– los músculos periestafilinos abren la trompa, entra aire y se equiparan las presiones exterior o atmosférica y del oído o interna. “Que esta apertura de la trompa se realice bien en número de veces y tiempo depende de la inflamación de la fosa nasal por catarros alérgicos o de cualquier otro tipo. Si no se abre bien la trompa se tapona el oído –como cuando volamos en avión o subimos un puerto de montaña¬– por aumento de la presión negativa. Esto es lo que llamamos barotraumatismo”, detalla el doctor Barajas del Rosal.

Síntomas y recomendaciones

El síntoma inicial es el oído taponado. Si persiste esta situación, el órgano se inflama por la presión negativa y se puede producir dolor y pérdida de audición. También se pueden percibir ruidos continuos o intermitentes en forma de silbidos, zumbidos, etc. e incluso la sensación de tener líquido en el interior del oído. En los casos más graves puede llegar a producirse la rotura del tímpano. Si se lesiona el oído interno pueden aparecer cuadros vertiginosos.

“Las recomendaciones pasan por la prevención”, asevera el otorrinolaringólogo:

1. Abtenerse si….

“No debemos subir en un avión ni bucear con catarros, alergias respiratorias, sinusitis u otitis. Las despresurizaciones obligan a la trompa de Eustaquio a trabajar más y si está inflamada se cerrará con el consiguiente dolor o molestia según el caso”, explica.

2. Nebulizador nasal

“Luego no es bueno volar ni practicar submarinismo con otitis, con catarro… Si lo hacemos, para disminuir estos síntomas, hay que utilizar antes de despegar un nebulizador nasal descongestivo”, agrega Barajas del Rosal.

3. Chicles y caramelos

También es recomendable tomar caramelos o masticar chicle “para estimular la producción de saliva y tragar más, de modo que haya más apertura de la trompa de Eustaquio”, añade el especialista.

4. Operación de Valsalva

“Al sentir los primeros síntomas (taponamiento ótico o sensación de tener el oído ocupado), realizar la operación Valsalva. Se trata de forzar la entrada de aire en el oído cerrando las ventanas nasales con los dedos y, manteniendo la boca cerrada, hacer como si se sonase. Al momento se notará que el oído se destapona”, explica el doctor Barajas del Rosal, quien añade que también es bueno bostezar por la misma razón.

5. Vaso vacío

Si se llega a sentir dolor se puede disminuir la presión colocando un vaso vacío encima de la oreja.

6. Durante el aterrizaje y despegue.

Los cambios de altitud durante el despegue o aterrizaje pueden producir más molestias en los oídos. De hecho, en el aterrizaje, momento de mayor cambio de presión en la cabina, es cuando más se taponan y/o duelen. “Manténgase alerta en estos momentos y siga las recomendaciones indicadas anteriormente para evitar molestias”, recalca.

7. Submarinismo. ¡Ojo en el ascenso!:

Los submarinistas se deben adaptar a la presión del agua. “Hay que tener especial cuidado en el ascenso. En ocasiones se ha provocado la rotura de la membrana timpánica con la consiguiente penetración de agua en el interior del oído, produciéndose gran dolor”, advierte.

8. Mayor problema entre los más pequeños

El barotrauma se acentúa en los menores pues tienen la trompa de Eustaquio más corta y más ancha y esto dificulta la apertura en caso de despresurización. “De hecho, los pequeños lloran en el momento del aterrizaje de manera natural para forzar la entrada de aire en el oído”, constata el especialista. “La utilización de un biberón o chupete durante el despegue y el aterrizaje pueden ayudar a destapar sus oídos. Es mejor que el bebé no se duerma mientras que el avión está ascendiendo o descendiendo”, comenta. Si el pequeño tiene una infección de oído no es recomendable volar.

9. Visita al otorrino si…

  • Los síntomas descritos no desaparecen espontáneamente.
  • Una forma muy especial de barotraumatismo es la que accidentalmente se produce cuando se efectúa la limpieza de conductos auditivos. En el caso de taponamiento del canal del oído por la sustancia cérea (el cerumen).

Sobre USP Hospitales

Fundado en 1998 y con sede en Madrid, USP Hospitales (www.usphospitales.com) es el primer grupo hospitalario privado en el mercado español. En la actualidad, USP Hospitales cuenta con una red de 12 hospitales, 23 centros sanitarios y 4.000 médicos que atienden anualmente a más de dos millones de pacientes. En 2011 la compañía registró 327.261 estancias clínicas, 125.076 intervenciones quirúrgicas, 9.952 partos y 506.759 urgencias.