El turismo religioso, protagonista en España este año, con tres citas jubilares: Gandía, Caravaca y Santiago de Compostela
Texto: Jesús Caraballo
La localidad valenciana de Gandía está siendo en 2010 un destino a tener en cuenta, precisamente en un año en el que el turismo religioso tiene un especial protagonismo en España. Efectivamente, al Año Jubilar de Santiago de Compostela, que está poblando de peregrinos los diferentes caminos que conducen a Galicia, se suma la indulgencia plenaria que obtendrán quienes acudan a Caravaca de la Cruz (Murcia) y a Gandía, la capital de La Safor. En este último caso, quizás el más desconocido, el motivo del Año Jubilar no es otro que la conmemoración del V Centenario del jesuita e insigne hijo de la villa de Gandía, San Francisco de Borja. Sin duda, una ocasión excelente para ganarse un trozo de cielo y, en cualquier caso, para conocer los encantos de Gandía y los lugares que vieron pasar al santo.
Francisco de Borja y Aragón nació en Gandía el 28 de octubre de 1510, procedente de una familia de gran linaje. En concreto, fue hijo del Duque de Gandía y bisnieto del Papa Alejandro VI, Rodrigo de Borja y Borja. Un linaje muy vinculado a la localidad valenciana. Precisamente con motivo de la celebración de los quinientos años del nacimiento del santo, se ha decretado un Año Jubilar, que dio comienzo el pasado 28 de octubre de 2009 y concluirá el 28 de octubre de este año, coincidiendo con la efeméride.
La indulgencia plenaria se obtendrá, tras visitar alguno de los siguientes lugares gandienses, ligados todos ellos a la vida de San Francisco de Borja: la Iglesia del Sagrado Corazón del Palacio Ducal de Gandía, donde nació y vivió el Santo; la Insigne Colegiata, donde fue bautizado; la Iglesia de San Francisco de Borja, de las Escuelas Pías, antigua Universidad que fundó; la Iglesia del Convento de Santa Clara, donde profesó su abuela, varias hermanas y su hija Dorotea; la Parroquia de San Francisco de Borja, y la Parroquia Santa Cruz, de Llombai, de donde fue marqués y en donde fundó un convento de dominicos.
Origen noble, vocación religiosa
San Francisco de Borja era hijo de Juan II de Borja, tercer Duque de Gandía y de Juana, hija de Alonso de Aragón, quien a su vez era hijo natural de Fernando el Católico (Fernando II de Aragón) y, por lo tanto, hermano natural de Juana I de Castilla. De hecho, Francisco de Borja asistió a Juana la Loca en su muerte, acaecida en la localidad vallisoletana de Tordesillas.
Pese a la temprana religiosidad de nuestro protagonista, que le animaba a abrazar la vida religiosa, su linaje y posición le llevó por otros derroteros. Su familia le mandó a la corte del emperador Carlos I de España y V de Alemania, a quien rindió grandes servicios en sus numerosas campañas, llegando a ser uno de sus grandes privados y caballerizo de la emperatriz. Contrajo matrimonio con una noble portuguesa, Eleanor de Castro Melo e Menezes, con quien tuvo ocho hijos, Carlos, Isabel, Joao, Álvaro, Fernando, Afonso, Joana y Doroteia.
Tras escoltar el cuerpo de la emperatriz Isabel de Portugal, en 1539, a su tumba en Granada y comprobar los efectos de la muerte en la bella emperatriz, decidió «no servir nunca más a un señor que se pueda morir», pese a lo cual, aún desempeñó por un tiempo, con acierto, el cargo de Virrey de Cataluña.
Sin embargo, al morir su padre, el nuevo Duque de Gandía se retiró a sus posesiones, donde llevó una vida entregada a la religión, junto con su familia. Allí entró en contacto con los padres Pedro Fabro y Araoz, quienes influyeron en su decisión de ayudar a la Compañía de Jesús, siendo benefactor del Colegio Romano y fundador del Colegio Jesuita de Gandía.
La muerte de su esposa Eleanor, en 1546, fue lo que decidió a Francisco de Borja a dar el paso definitivo que le habría de conducir a la santidad. Resolvió sus asuntos mundanos y renunció a sus títulos, a favor de su primogénito, Carlos, tras lo cual se entregó a la vida religiosa como predicador itinerante. En 1554, se convirtió en comisario general de los jesuitas en España y, en 1565, a la muerte del Padre Laínez, pasará a ser el tercer Padre General de toda la Orden.
Su generalato fue muy prolífico: revisó las reglas de la Compañía; aumentó el tiempo dedicado a la oración; se incrementó el número de colegios, que pasaron de 50 a 163; se inició la remodelación de la Iglesia del Gesú en Roma; el General siguió muy de cerca la evolución de la Contrarreforma en Alemania; atendió delicados encargos diplomáticos en las cortes española y portuguesa, y se incrementó la presencia misionera jesuita, con nuevas fundaciones en Florida, Méjico, Perú y Brasil. Por último, sugirió al Papa Pío V la creación de la Congregación para la Propagación de la Fe. Francisco de Borja fue canonizado en 1671, por el Papa Clemente X.
El patrón de la ciudad que le vio nacer, Gandía, celebra su onomástica el 3 de octubre, siendo las fiestas patronales entre finales de septiembre y dicha onomástica. Sin embargo, cualquier fecha, a lo largo de 2010, es buena, no sólo para ganarse la indulgencia plenaria, sino para conocer el municipio, que ha visto remodelado su casco histórico, del que afortunadamente ha desaparecido el tránsito de vehículos, facilitando así su visita.
Lugares de interés
En primer lugar, son visita obligada los lugares ligados a la vida del santo y que, siguiendo los preceptos establecidos por la Iglesia para el caso, otorgan la indulgencia plenaria.
- El Palacio Ducal y la Iglesia del Sagrado Corazón que alberga en su interior, pertenecieron primeramente a los Duques Reales de Aragón, antes de pasar a los Borja, pero cuando adquirió renombre fue al nacer allí el cuarto Duque de Gandía. Además de la propia capilla y los numerosos recuerdos del patrón de la ciudad, destacan en el monumento el Patio de Armas, el Salón de Coronas, la Galería Dorada, el Salón de Águilas, así como la cerámica de Manises del siglo XVIII.
- La Colegiata, donde fue bautizado San Francisco de Borja, más conocida como la Seu, cumplió en 1999 sus 500 años. Fue el 26 de octubre de 1499, cuando el Papa Alejandro VI concedió el título de Colegiata a la primera iglesia de la ciudad, que se construyó entre los siglos XIV y XVI, por la familia ducal. La Colegiata ocupa el solar de una antigua iglesia visigótica, que luego fue durante la ocupación musulmana mezquita y, posteriormente, tras la Reconquista por el Rey Jaime I, recuperó el culto cristiano.
- Las Escuelas Pías, situadas en pleno casco histórico de Gandía, son la antigua Universidad, que fundó San Francisco de Borja, para donarla a la Compañía de Jesús. Precisamente frente a las Escuelas Pías, la plaza homónima es presidida por cinco estatuas -obra del escultor valenciano Manuel Boix- de destacados miembros de la familia Borja, tan ligada a Gandía: San Francisco de Borja, los Papas Alejandro VI y Calixto II, Lucrecia Borja y César Borja.
- Otros edificios interesantes son el Ayuntamiento, el Hospital de San Marcos, la Alquería del Duque y el Castillo de Bairén. Además, merece la pena visitar los alrededores, con parajes como el pico de Montdúver, el Barranco del Infierno o el Circo de la Safor.
Congreso y Exposición
La celebración del quinto centenario de San Francisco de Borja está animando diferentes iniciativas para dar a conocer su figura. Es el caso del Congreso «Francisco de Borja y su tiempo (1510 – 1572)» y una exposición paralela, que han tenido lugar entre el 7 y el 10 de abril de 2010, y en las que colaboran la Universidad CEU Herrera Oria, la Compañía de Jesús, la Consejería de Cultura de la Generalidad Valenciana y el CSIC.
En el Congreso, en el que participaron 60 congresistas de Europa y Estados Unidos, se abordó la figura de Francisco de Borja desde la perspectiva de la política, la religión y la cultura. En cuanto a la Exposición «Estampas de virtud, San Francisco de Borja y los santos valencianos de su época» se centra, como su nombre indica, en el ilustre hijo de Gandía y en otros santos valencianos contemporáneos suyos: los arzobispos Santo Tomás de Villanueva y San Juan de Ribera, Patriarca de Antioquia; los franciscanos beato Andrés Hibernon y beato Nicolás Factor; sor Margarita Abullona, y el dominico San Luís Bertrán.
Por último, conviene recordar que Gandía está unida también al nombre de Ausiàs March, uno de los más excelsos autores en lengua valenciana y del que se acaba de cumplir, el pasado 3 de marzo de 2009, los 550 años de su muerte en Valencia.