21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer (2010)

Por desgracia… llegamos tarde

  • El fracaso reciente de los nuevos tratamientos puede deberse a que no se han aplicado en el momento adecuado de la enfermedad
  • «Si se identifica la enfermedad antes de producir demencia y se consigue retrasar los síntomas unos años el número de enfermos se reduciría un 50% en dos o tres décadas» afirma el Dr. Pablo Martínez-Lage
  • Desde el Grupo de Estudio de Demencias de la Sociedad Española de Neurología insisten en la necesidad de modernización de los medios diagnósticos como clave para detectar precozmente la enfermedad

Madrid, 20 de septiembre de 2010.- Hoy 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que afecta en España a unas 600.000 personas y en la que a pesar del importante número de investigaciones que se realizan en todo el mundo, el fracaso reciente de los nuevos tratamientos puede deberse a que no se han aplicado en el momento adecuado de la enfermedad.

Varias fases

El Alzheimer tiene una fase de años de duración en la que no da síntomas (fase pre-cínica), una segunda fase (fase prodrómica) en la que se producen los primeros fallos de memoria y una tercera fase (fase de demencia) en la que el paciente pierde autonomía y ya no puede hacer una vida independiente.

Investigaciones recientes han mostrado que los fármacos de diseño moderno, que habían alcanzado la fase III de ensayo clínico con resultados muy prometedores, han fracasado rotundamente. Se trata de fármacos dirigidos contra la proteína aminoloide, la aparente responsable del Alzheimer. Las claves de este fracaso pueden estar en que los fármacos se ensayaron en pacientes que tenían ya un cuadro de demencia, cuando el daño cerebral podría ser demasiado avanzado como para obtener ningún beneficio.
A pesar de esto, se continúa trabajando en esta dirección puesto que los fármacos que han fracasado en la fase de demencia pueden ser más eficaces en la fase prodómica puesto que algunos medicamentos ya disponibles, han mostrado indirectamente capacidad para retrasar la demencia si se suministran precozmente.

Diagnóstico tardío

Actualmente, el diagnóstico de Alzheimer sólo se hace en la fase de demencia pero como afirma el Dr. Pablo Martínez-Lage, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN) “si se identifica la enfermedad en el momento prodrómico, con fallos cognitivos pero con autonomía preservada y se consiguen retrasar los síntomas unos años, el número de enfermos se reduciría un 50% en dos o tres décadas”. “Así, la identificación de personas con un proceso de Alzheimer en la primera fase permitiría estudiar cuáles son los factores de riesgo que facilitan la aparición de los síntomas e intervenir sobre ellos” continúa Martínez-Lage.

Es por esto que, desde el Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología, insisten en la necesidad de plantearse una investigación puntera y sólida que se traduzca en un mejor conocimiento de la enfermedad en la fase pre-clínica. Esto permitiría diseñar programas de prevención contra estos factores como dieta, ejercicio mental y físico, actividades sociales, cuidado de los factores cardiovasculares y reforzar estos programas con fármacos específicos anti-Alzheimer en las personas que desarrollen los primeros síntomas.

Detectar los primeros síntomas

Mientras tanto, es crucial facilitar que los resultados de la investigación ya realizada en el campo de los biomarcadores alcancen rápidamente las consultas de los especialistas y se apliquen de manera rutinaria para el diagnóstico. El análisis de líquido cefalorraquídeo obtenido en una punción lumbar, las técnicas modernas de imagen por resonancia magnética o tomografía de emisión de positrones realizados en personas con síntomas bien caracterizados pueden detectar la enfermedad es sus primeras fases. “Estos métodos, unidos a la historia clínica y la evaluación neuropsicológica podrían detectar cuándo una persona con síntomas leves de Alzheimer estaría en camino de desarrollar demencia”, concluye el Dr. Martínez –Lage.
Las bases del diagnóstico precoz pasan también por el esfuerzo de la educación sanitaria de la población. Esto es importante puesto que los primeros síntomas del Alzheimer pasan desapercibidos porque quienes lo sufren o sus familiares los achacan a los cambios propios de la edad. Y es importante recordar que el envejecimiento no produce por si mismo demencia. Por ello, cuando aparecen fallos llamativos y persistentes de la memoria y si se acompañan de dificultades para encontrar palabras de uso común, desorientación, dificultad mantenida para saber el día que es o cambios llamativos de carácter, es necesario acudir al neurólogo.