- Investigadores desarrollaron una píldora de comida imaginaria que engaña al organismo haciéndole creer que se han consumido calorías
- La píldora detuvo de forma eficaz el aumento de peso, controló el azúcar y bajó los niveles de colesterol en ratones, según la investigación
- Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Nature Medicine, son realmente espectaculares
En el imaginario colectivo muchos anhelan ese día en el que se haya inventado una píldora mágica capaz de hacernos bajar de peso sin dieta ni ejercicio. El hallazgo de un grupo de investigadores parece acercarnos un poco más a ese ansiado momento, aunque por ahora las pruebas solo se han realizado en roedores.
Enero de 2015_)
Según las últimas cifras existen más de 2.000 millones de personas con obesidad en este planeta. Durante más de veinte años los investigadores del Instituto Salk han estudiado los mecanismos que regulan la digestión y la acumulación de azúcares y grasas llegando a la conclusión de que existen determinadas proteínas claves en estos procesos. Una de ellas, denominada fexaramina activa un receptor de hormonas muy activo en el hígado, el intestino, los riñones y otros órganos llamado FXR. Este receptor se activa cuando comemos haciendo que órganos como el hígado libere ácidos biliares, se modifiquen los niveles de glucosa en sangre y y quemando grasas para dejar espacio a los nuevos alimentos, con lo que el cuerpo se prepara para la ingesta de comida.
El desarrollo de esta “píldora maravillosa” estuvo a cargo de un grupo internacional de científicos del Instituto Salk, de EUA, que crearon una especie de “comida imaginaria” capaz de engañar al organismo, haciéndole creer que ha ingerido calorías e incitándolo a quemar grasas.
El autor principal del estudio, Ronald Evans, explicó en un comunicado de la entidad que el compuesto en forma de píldora “detuvo en forma eficaz el aumento de peso, bajó los niveles de colesterol, controló el azúcar en sangre y redujo la inflamación en ratones. Esto la convierte en una excelente candidata para ser probada en ensayos clínicos en humanos”.
Según resume Evans, la píldora provoca la emisión de las mismas señales que se dan normalmente cuando se come en abundancia. Así, el cuerpo empieza a hacer espacio para poder almacenar esos alimentos.
A diferencia de la mayoría de las píldoras para adelgazar, la Fexaramina (FXR), tal como se llama la novedad, no se disuelve en la sangre como los supresores del apetito o las sustancias para bajar de peso a base de cafeína, sino que queda en los intestinos causando menos efectos colaterales.
En pruebas realizadas en roedores que consumieron una pastilla diaria de FXR durante cinco semanas, se redujo un 35 % el colesterol y un 45 % la grasa. El nivel de glucosa alcanzó parámetros normales, similares a los de individuos no diabéticos.
La compañía farmacéutica Intercept, con sede en Nueva York, ha desarrollado otro fármaco que activa el FXR y ya está probándose en humanos. Pero según advierte Michael Downes, un colega de Evans en el Instituto Salk, esta droga activa el FXR en todo el organismo. En cambio, la nueva pastilla creada por este equipo de investigadores “enciende” el receptor de hormonas solo en el intestino y no es absorbida por la sangre.
Downes explica que hasta ahora no han encontrado efectos adversos en los ratones tratados con fexaramina y cree que el problema de trasladar los resultados a humanos sería mínimo, ya que ambos comparten la misma ruta del FXR.