En el famoso ballet navideño «El Cascanueces», de Tchaikovski, se dice que cuando Herr Drosselmeyer, el dueño de la fábrica de jugetes aparece, empiezan a pasar cosas mágicas e inesperadas. A veces hace falta un poco de magia para romper las nueces más duras.
El Drosselmeyer, de elaboración Sueca, es un tipo de cascanueces totalmente nuevo, tanto en su forma como en su función, disañado tanto para adornar la mesa en las Navidades como para ser utilizado cada día.
El Drosselmeyer ha sido diseñado por Johan Norin y Erik von Schoultz para romper todo tipo de frutos secos. Tan sólo inserte la nuez en el cono, tape la abertura y apriete ligeramente el asa-palanca. Se rompen facilmente con la fuerza de la doble palanca. Cada nuez sale entera y totalmente separada de su cáscara.
Su diseño único, robustez y durabilidad han hecho del Drosselmeyer un elegido entre todos los cascanueces, un utensilio moderno y práctico.