Redescubriendo los “secretos” del “Meló d’Or d’Ontinyent”, una variedad única en todo el mundo

Foto de: Kelsang Gabinet de premsa de l’Ajuntament d’Ontinyent

Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de València (UPV), pertenecientes al Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana (COMAV), está llevando a cabo un exhaustivo estudio sobre el Meló d’Or d’Ontinyent, una variedad de fruta única en el mundo.

Entre los principales resultados obtenidos hasta el momento, el estudio ha puesto de manifiesto los secretos de su excepcional calidad: su gran dulzor y su alta capacidad de conservación. A su vez, el proyecto permitirá mejorar la calidad visual y nutritiva de esta variedad valenciana.

NC&T, Septiembre 2019

El equipo del COMAV-UPV lleva trabajando en la presente investigación desde el pasado mes de abril, con la colaboración de la sección hortofrutícola de la Cooperativa de Ontinyent. Financiado por la Conselleria d’Agricultura, Desenvolupament Rural, Emergència Climàtica i Transició Ecològica, el estudio se inició con la evaluación de los materiales utilizados por los agricultores locales, en un total de cuatro variedades, tanto en condiciones de cultivo convencional como ecológico, permitiendo determinar la variabilidad de los materiales utilizados.

«A partir de aquí», destaca Salvador Soler, coordinador del estudio, investigador del COMAV-UPV y profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y del Medio Natural (ETSIAMN-UPV), «hemos seleccionado aquellos materiales que permitirán obtener nuevos con más calidad, potenciando aún más esta variedad única en el mundo».

En su análisis, los investigadores de la UPV hacen una completa radiografía del Meló d’Or, una variedad que se caracteriza por presentar matas muy compactas, adaptadas al cultivo en secano, y que destacan por el intenso color amarillo de sus frutos, su alto nivel de conservación -más de 4 meses- y su elevado dulzor -de 13 a 17 grados Brix, parámetro con el que se mide esta propiedad en los alimentos-. Además, han concluido también que se trata de una variedad muy recomendable para sistemas de producción ecológica y en condiciones de estrés hídrico.

En el marco del proyecto, se llevará a cabo, asimismo, la solicitud de registro del Meló d’Or d’Ontinyent como variedad de conservación, lo que permitirá salvaguardar los intereses de los agricultores frente a la posible utilización de esta variedad de melón por empresas de semillas.

Además, los investigadores de la UPV han desarrollado un Reglamento de Calidad del Meló d’Or d’Ontinyent con el que se pretende solicitar a la Generalitat Valenciana la marca de calidad CV para este tipo de melón.

El objetivo del proyecto es valorizar esta variedad tradicional de melón, potenciando su cultivo por parte de los agricultores de la Vall d’Albaida, especialmente de Ontinyent, y si es posible, de otras localidades limítrofes.

El Melo d’Or d’Ontinyent es un producto único cultivado en las tierras de secano del municipio de Ontinyent, situado en la comarca valenciana de La Vall d’Albaida. Estos melones son excepcionales, no solo por su intenso color amarillo y forma regular, sino también por su sabor.

Esta calidad es el resultado de su cultivo en régimen de secano y los contrastes de temperatura propios del clima de la comarca, además del saber hacer de los agricultores de Ontinyent seleccionando, durante siglos, las variedades cultivadas.

El Meló d’Or d’Ontinyent, del que se tiene constancia documentada desde 1424, se cultiva con técnicas tradicionales, desde marzo-abril, hasta julio, agosto y septiembre, momento en que se recogen sus frutos. No obstante, puede conservarse hasta Navidad, e incluso hasta Pascua, de ahí su denominación popular valenciana de meló de tot l’any.

La sección hortofrutícola de la Cooperativa de Ontinyent es la encargada de su comercialización bajo la marca comercial Meló d’Or, propiedad del Ayuntamiento de Ontinyent. No obstante, en la actualidad, solo producen este tipo de melón en Ontinyent cinco agricultores, de los que dos de ellos se encuentran incorporados a un sistema de producción ecológica.

Fuente: Universidad Politécnica de Valencia