Dormir una hora adicional reduce en el sobrepeso infantil

  • Dormir una hora adicional reduce hasta en un 36 por ciento las posibilidades de que los niños padezcan sobrepeso, según los expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn).

Para combatir el sobrepeso hay que comer con moderación, realizar ejercicio físico diario y evitar las grasas. Pero hay otro factor, quizás menos conocido, que puede influir en nuestra línea: el sueño de calidad. La falta de descanso aumenta la producción de grelina y disminuye la de leptina, dos hormonas que regulan el apetito, lo que provoca que la gente coma más.

«Hemos comprobado que dormir menos horas o una mala calidad del sueño aumenta la producción de la ghrelina, hormona que aumenta las ganas de comer, y disminuye la de leptina, que es la que nos da la sensación de saciedad, lo que hace que la persona que no duerme bien tenga más apetito», explica Empar Lurbe, investigadora principal del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatológica de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), donde están estudiando la relación entre el sueño y el desarrollo de la obesidad.

En este sentido, sus estudios han evidenciado que una elevada proporción de niños obesos presenta una disminución en las horas de sueño, ya sea por pasar muchas horas delante del televisor, ordenador o videoconsola, como por presentar algún trastorno como apnea, insomnio, ronquidos o sonambulismo.

Según explican los especialistas, la obesidad infantil es un problema «de primer orden» que mantiene ocupada a la comunidad médico-científica en la búsqueda de soluciones. No obstante, se ha demostrado que los niños que duermen bien tienen menos incidencia de obesidad y ocho horas no son, a su juicio, «suficientes para un sueño reparador».

«La situación ha empeorado en los últimos años», alertan, realidad que tiene un reflejo directo en las estadísticas, pues entre el 25 por ciento y el 30 por ciento de los niños padece algún trastorno del sueño en la actualidad.

Por ello, entre las medidas de ‘higiene del sueño’, recomiendan que los adultos duerman de seis a ocho diarias y los niños hasta diez. Además, recuerdan que es importante no disponer de televisor dentro de la habitación ni leer en la cama o ver películas o programas que estimulen la actividad cerebral por lo menos una hora antes de acostarse.

Una de cada 10 personas padece de ronquidos o apneas

En conjunto, alrededor del 10 por ciento de la población mundial padece ronquidos y apnea, y en países con altos índices de población con exceso de peso, como México, esa cifra sube al 15 por ciento. Este dato revela, según los expertos, la relación directa que existe entre obesidad y los trastornos del sueño.

Otro estudio del Hospital Univesitary Germans Trias i Pujol, publicado en la revista Obesity, desvela que los obesos que pierden el 10 por ciento de peso reducen el 26 por ciento el índice de apneas,consistente en episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior, con pausas respiratorias durante el sueño profundo, que mantiene a los afectados en un estado de somnolencia durante el día.

Otro reciente estudio de la Universidad de Stanford (Reino Unido), indica que las personas que duermen menos de cinco horas, comparado con aquellas que duermen ocho, producen mayores niveles de grelina y menores niveles de leptina, lo que acaba provocando una sobrealimentación y, en último término, una notable ganancia de peso.