- El doctor José María Ordovás ha abordado esta emergente ciencia en el VIII Congreso Nacional de Nutrición Comunitaria que se está celebrando en Valencia.
El Médico Interactivo, 24 de Octubre de 2008
El doctor José María Ordovás, miembro de la USDA y Universidad Tufts, ha analizado la emergente ciencia de la Nutrigenómica y su impacto en la Salud Pública en el VIII Congreso Nacional de Nutrición Comunitaria. Ordovás ha comentado que cerca de diez millones de mutaciones genéticas en el genoma humano hacen que cada individuo sea único, “no es necesario conocerlas todas sino que con 500.000 se puede definir a cada individuo».
En la actualidad se han descubierto alrededor de 250 genes relacionados con la obesidad. Ordovás ha explicado que el objetivo de las investigaciones es detectar todos los genes vinculados a la obesidad para después, «modulando factores ambientales, como la dieta, se cancele totalmente el riesgo de sufrir esa enfermedad y conseguir así un envejecimiento más saludable».
Ordovás ha concretado que según la predisposición genética de los individuos, “será más recomendable para unos que para otros el consumo de aceites de pescado, en los que se encuentra el Omega 3, o determinadas recomendaciones dietéticas o farmacológicas. No se podrán modificar las mutaciones genéticas de cada individuo, pero sí se podrá conocer cuáles son las de cada persona y adoptar medidas de prevención o tratamiento con más precisión».
El investigador considera que serán necesarios todavía unos cinco años más para comenzar a aplicar las investigaciones más vanguardistas sobre Nutrigenómica a los grupos de alto riesgo y diez para que se beneficie un grupo más generalizado de población.
Prevención temprana de enfermedades crónicas
Por otro lado, la prevención temprana de las enfermedades crónicas es uno de los parámetros esenciales de la nutrición del siglo XXI, según Javier Aranceta, presidente del comité científico del Congreso que considera que “la alimentación en el embarazo, la lactancia y la etapa infantil es básica para un correcto tránsito hacia la edad adulta. Hay que racionalizar la necesidad de que los padres adopten una nutrición equilibrada incluso antes del embarazo. Es necesario afrontar éste en el mejor estado de salud posible dado que el óvulo fecundado se alimenta de la madre desde el primer día”.
Este especialista ha asegurado que es preciso asentar las bases metabólicas desde un principio, “es en esa fase donde se produce la programación metabólica y las rutas que van a dirigir el metabolismo de un niño desde su nacimiento”. >Y ha añadido que “durante el embarazo se producen una serie de cambios fisiológicos que obligan a prestar mayor atención a la dieta. Existen una serie de recomendaciones sobre requerimientos nutricionales durante el embarazo que se han calculado para cubrir las necesidades del feto, el organismo materno y el coste de la síntesis de leche en este periodo”.
Una vez nacido el niño es aconsejable la lactancia materna de manera exclusiva durante los seis primeros meses de vida, siempre y cuando sea posible. A partir de ahí han de ir realizándose las transiciones alimentarias “con el objeto de definir el perfil metabólico del niño. Se trata de una fase crucial de la vida de cualquier persona porque es ahí donde es posible inhibir y modular la posible aparición prematura de una enfermedad crónica”.