En nuestras manos está contribuir con nuestro granito de arena… El mío es este, dar difusión a la gran labor que hace esta asociación. He tenido ocasión de verlo en primera persona, en el hospital Ramón y Cajal de Madrid. Allí muchos voluntarios de esta asociación acuden cada día, sí cada día, para ofrecer café y su enorme sonrisa a los pacientes y acompañantes que esperan para ser atendidos en las distintas consultas de Oncología, en la sala de espera. Van a diario… ofrecen un café, caramelos, a veces piden que les compres una pulsera solidaria por 1 €, lotería en Navidad… ayudan sin más, se pasan también por la planta donde muchos pacientes reciben después de la consulta su sesión de quimioterapia, cuando todo está ok. Ofrecen su sonrisa y mucho más ¡qué gran labor!
En general son personas que han decidido «hacer algo muy valioso» por los que sufren esta enfermedad, y lo hacen en su «tiempo de jubilación», la mayoría de las veces… en lugar de irse a tomar cervezas, jugar al mus o estar en Benidorm disfrutando de sus merecidas vacaciones sin calendario, por poner unos ejemplos, en lugar de todo lo que podrían hacer con su tiempo. Cuando los veo, y los he visto muchos días… y los sigo viendo, pienso que son héroes anónimos, unos pedazo de héroes anónimos.
Ahora he recibido por correo electrónico esta llamada para conseguir nuevos socios. Lo comparto porque creo que merece la pena… Me ha escrito Luis y dice así:
«Mi historia, como tantas otras, empieza de la forma más simple. Un día, después de distintas pruebas, me diagnosticaron un adenocarcinoma de esófago: cáncer.
Hola Adoración, me llamo Luis y soy uno de los múltiples afectados por el cáncer. Asimilé la noticia de la mejor manera que pude y después de recibir varios tratamientos, en enero de 2015 me operaron. Fue durante la recuperación, y tras una complicación que me tuvo ingresado en la UCI durante 19 días, cuando conocí a la AECC. La ayuda de las personas voluntarias y de mi familia me hizo recuperar la confianza y las ganas de seguir adelante, y gracias a ellos en mayo de ese mismo año abandoné el hospital.
La ayuda de la AECC no se quedó solo ahí, también me ofrecieron el apoyo de su equipo profesional de psicología. Fueron mi fuerza cuando yo no la tenía. Unos meses después conseguí recuperarme física y anímicamente. Como consecuencia de todo ello, ahora soy voluntario de la AECC. Sentía que tenía que devolver lo mucho que me habían dado. Soy voluntario testimonial, y ayudo a las personas enfermas con sus dudas y los miedos que puedan tener, siempre desde mi propia experiencia.
Actualmente me encuentro bastante bien (con alguna secuela), y estoy muy orgulloso de pertenecer a la AECC y dispuesto a echar una mano siempre que puedo. Hoy me han dado la oportunidad de contarte mi historia, y lo único que te pido es que colabores con nosotros. Te puedo asegurar que enfrentarse a esto es difícil, pero con el apoyo de la AECC, ninguna persona pasará por esta situación sola.
Sí deseas hacerte socio de la AECC, te dejamos el enlace para que tú también puedas ayudar:
Hazte socio de la Asoción Española Contra el Cáncer
Gracias de corazón,
Firmado: Luis – Expaciente de cáncer y voluntario de la AECC
Gracias a tí Luis, y a todos esos enormes héroes anónimos… de la AECC
Asociación Española Contra el Cáncer
c/ Amador de los Ríos, 5. 28010 – Madrid
La AECC integra en su seno a pacientes, familiares, personas voluntarias y profesionales, que trabajan unidos para prevenir, sensibilizar, acompañar a las personas, y financiar proyectos de investigación oncológica que permitirán un mejor diagnóstico y tratamiento del cáncer.