IBLNEWS-AGENCIAS, 15 de Agosto de 2007
La adicción de un niño a la «comida basura», una de las causas principales de obesidad en la infancia, puede comenzar en el útero materno, según un estudio publicado por el British Journal of Nutrition.
Los hábitos nutricionales de los pequeños pueden estar condicionados por lo que comieron sus madres durante el embarazo, señala el estudio, según el cual las madres que comen ese tipo de alimentos malsanos mientras dan pecho pueden influir negativamente en el peso de sus hijos.
Según Stephanie Bayol, del Royal Veterinary College londinense, que dirigió el estudio, «consumir grandes cantidades de comida basura durante el embarazo o la lactancia puede afectar al control normal del apetito y fomentar una afición excesiva a ese tipo de comida en los hijos».
El equipo dirigido por la doctora Bayol descubrió que las ratas a las que se administró una dieta rica en patatas fritas y otros alimentos ricos en grasa, sal y azúcar durante esas fases parieron crías que abusaban igualmente de los alimentos malsanos.
Las ratas expuestas en el cuerpo de sus madres a ese tipo de comida nacieron con un peso inferior a la media, pero al cabo de diez semanas después del destete, su masa corporal era un 32 por ciento superior a la normal en el caso de las hembras y de un 22 por ciento, en el de los machos.
Sue Macdonald, del Colegio Real de Comadronas, declaró al diario «The Times» que muchas madres embarazadas ignoran lo que constituye una dieta sana, pero agregó que es un mito el que las mujeres coman automáticamente por dos cuando están embarazadas pues hay también muchas que tienen miedo justamente a engordar durante esa fase.
Adam Balen, profesor de medicina reproductiva en los hospitales de Leeds (Inglaterra), explicó al mismo periódico que el estudio refuerza el mensaje sobre la importancia de la dieta materna durante el embarazo para la salud futura de su descendencia.