EP, 27 de Junio de 2007
A la hora de hacer dieta la estética es para las mujeres la primera razón, mientras que para los hombres es la salud. Así lo señala el estudio «Preocupaciones, percepciones y hábitos en relación con el control de peso corporal en diversas poblaciones españolas», que se incluye en el libro «Nutrición en la población femenina: desde la infancia a la edad avanzada», presentado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaría y Nutrición (AESAN).
El estudio ha sido dirigido por la profesora titular del Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, la doctora Rosa María Ortega, en colaboración con Kellogg´s Special K y otros veinte prestigioso profesionales de la salud.
El objetivo del estudio es evidenciar las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de seguir una dieta, así como los principales errores y preocupaciones más frecuentes de la población españolas en relación con el control de peso. Para ello se examinó a un colectivo de más de 2.100 personas de distintas edades y de cinco poblaciones españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao), que se sometieron voluntariamente a la investigación.
Además, actualmente un 66 por ciento de la población quiere perder peso frente a un 6 por ciento de la población que le gustaría ganar, se trata de un gran porcentaje teniendo en cuenta que no siempre se trata de personas con sobrepeso u obesidad. Los motivos por lo que se comienza una dieta no son siempre los más adecuados, ya que el estudio constata que la estética es el principal motivo (73%) sobre todo en el caso de las mujeres. La salud es la segunda razón para hacer dieta (42%) en la población, y se convierte en la primera en la población masculina, aunque se trata de una tendencia que varía con la edad y la forma física puesto que los jóvenes cada vez están más preocupados por su físico y menos por su bienestar, al contrario que la gente que padece sobrepeso, sin distinción en la edad, que ve en su forma física un condicionante para tener enfermedades.
Por otra parte, el estudio demuestra que la población mayoritariamente acude al médico a la hora de ponerse a dieta, aunque al menos un 40 por ciento de las mujeres se declaraban autodidactas a la hora de introducir cambios en su alimentación. Por el contrario, la fuente de información nutricional más utilizada por los hombres es su preparador físico. Por otra parte, el estudio constata que las mujeres son las primera que abandonan las dietas, mientras que los hombres además son más constantes. Entre los motivos más frecuentes: el cansancio y la falta de voluntad, tanto en hombres como en mujeres.
En cuanto a la duración, la media se encuentra en poco más de dos meses, lo que aleja la posibilidad de conseguir cambios permanentes e introducir pautas en la alimentación que les establezca una disciplina alimentaría. Finalmente, el momento más habitual para comenzar una dieta es el verano.
La doctora Ortega, destacó el «desconocimiento» de la población a la hora de elegir los alimentos que deben restringirse cuando se decide perder peso. «Un alimento que se restringe muy frecuentemente es el pan, más que los bollos o el alcohol que tienen más calorías», y señaló que «no hay razón para tener tanto miedo a algunos alimentos». Los alimentos que más consumen las personas que quieren controlar su peso son verduras y frutas, por delante del agua, el pescado o ensaladas, con embargo «el pan y los cereales nunca se cita como alimento a aumentar», cuando deberían de tenerse en cuenta. Para concluir, otro dato que se observa en el estudio es la falta de ejercicio físico en la población pese a que, según la doctora, «sería deseable que la primera pauta a la hora de una dieta fuera hacer más ejercicio». Además existen otros errores que no ayudan a perder peso como es olvidarse del desayuno, saltarse alguna comida o compensar los excesos comiendo menos.
La mejor dieta
Además, durante la presentación mostraron los resultados del «Estudio encaminado a aproximar la alimentación al ideal teórico para a conseguir un mejor control del peso corporal», que presentó la catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, la doctora Ana María Requejo.
Según las expertas, el aumento por la preocupación es debido al sedentarismo y a que han evolucionado los hábitos alimentarios en detrimento del consumo de cereales y verduras. Todo apunta que «si siguiéramos así en el 2070 no se consumirían cereales y en el 2090 no se consumirían verduras», señaló Requejo.
Por este motivo, el estudio trata de mostrar la necesidad de poner en práctica una dieta ideal, que no tiene porque estar asociada a un régimen, de manera que se consiga controlar el peso y buena salud. Para ello es importante ser constante para adquirir unas pautas, lo mejor, según la doctora Requejo, «desde la infancia hasta la edad madura».
La investigación, se realizó a dos grupos de mujeres durante seis semana, se basó en cambiar su dieta alimentaría por una dieta hipocalórica de 1.600 kilocaloría al día. Al primer grupo se le aumento el consumo de verduras y al segundo el de cereales, y en las dos dietas disminuye el consumo de bollos, carnes pescados y huevos. En ambos casos la mayoría de las mujeres consiguieron bajar una media de 4 kilos, además disminuyó su presión arterial, aumento su aporte de vitaminas y de ácido fólico, es decir «nutricionalmente estaban mejor», concluyó Ortega.
Todas estas conclusiones se pueden verse también en el libro «Nutrición en la población femenina», que dividido en capítulos trata de abarcar en su totalidad la situación nutricional de la población española: Infancia y adolescencia, edad fértil, embarazo y lactancia, menopausia, mujeres y deporte, anorexia y bulimia, ingesta recomendada y guías de recomendación. Para la doctora Ortega este libro «supone un primer paso para poner en marcha campañas de corrección de los errores constatados».