CanalFarmacia, 01 de junio de 2007
Las causas de la obesidad están determinadas por factores genéticos, el estilo de vida (sedentarismo) y la ingesta desequilibrada de alimentos, así se puso de manifiesto por parte de los expertos en la mesa redonda recomendaciones y mensajes nutricionales desde las universidades, en el curso de las jornadas organizadas por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid con motivo del 25 aniversario de su Vocalía de Alimentación.
La moderadora, profesora Mª Ángeles Medrano de la Universidad de Alcalá de Henares, destacó el aspecto formativo de la sesión y las aportaciones específicas de cada uno de los ponentes que se desarrollaron en el siguiente sentido:
Alfredo Martínez, director del Departamento de Fisiología y Nutrición de la Universidad de Navarra, destacó que los obesos presentan una interacción entre predisposición genética, un estilo de vida sedentario y una alimentación rica en grasas, bebidas azucaradas y y pobre en fibra. Según señaló, la prevención y el tratamiento de la obesidad debe basarse en estrategias dietéticas, farmacológicas, conductuales, quirúrgicas o combinadas, que requieren un adecuado conocimiento de las causas de la excesiva acumulación de grasa en el organismo y de los mecanismos implicados en la regulación del peso.
Francisco José Sánchez Muniz, catedrático de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, y académico correspondiente de la Real Academia de Farmacia, se refirió a la existencia de factores de obesidad no modificables (edad, sexo y personalidad genética) y los modificables, que serían patrón de alimentación, un peso corporal, colesterol y presión arterial adecuada. Destacó en este sentido las bondades de la dieta mediterránea puesto de manifiesto de manera contundente por un estudio de siete países elaborado durante quince años.
Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo y presidente de la Sociedad Española de Nutrición, disertó sobre la alimentación, nutrición y salud de la mujer. En este sentido, tras subrayar que la alimentación equilibrada de la mujer varía con la edad y las distintas etapas de su vida, especialmente el cese de la edad reproductiva, señaló que los principales riesgos se encuentran en los trastornos de la conducta alimentaria, la obesidad, la menopausia y la osteoporosis. Con respecto a los trastornos de la conducta alimentaria, subrayó los riesgos de las dietas de adelgazamiento que son seguidas por el 19% de las niñas de nueve años, el 25% de las adolescentes de 15, y el 74% de las jóvenes de entre 16 y 18 años. Sobre la obesidad, que por otra parte es menos peligrosa que en el hombre, advirtió sobre los condicionantes de las modas y los impactos negativos de las dietas milagro. Con respecto a la menopausia y la osteoporosis, ligadas al fin de la edad reproductiva, indicó el gran desconocimiento sobre las mismas, y la existencia de productos centrados en el confort de la mujer que no inciden en el problema real.
Marcela González Gross, profesora titular de la Facultad de Ciencias Físicas y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid destacó la relación entre actividad física y salud y la necesidad de que se desarrollen programas de promoción de la misma, siempre ligados a la correcta hidratación. En este sentido hizo un llamamiento al papel de los farmacéuticos como agentes de salud para que promovieran una correcta ingesta de agua entre los hábitos alimenticios de los ciudadanos.