EL MEDICO INTERACTIVO, 6 de Febrero de 2006
Un grupo de investigación de la Unidad de Nutrición Animal de la Estación Experimental del Zaidín, entidad perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas ubicada en Armilla (Granada), ha demostrado que las leguminosas pueden ejercer efectos beneficiosos sobre el organismo como la reducción de la probabilidad de padecer cáncer de colon, puesto que disminuye el ritmo de replicación de células tumorales.
En colaboración con científicos de la Universidad de Milán, que ya habían demostrado los efectos beneficiosos de las proteínas de soja sobre la colesterolemia, estos expertos han detectado que la incorporación de proteínas de leguminosas a dietas para ratas da lugar a un menor peso relativo de su intestino grueso, reducción que estos granadinos han relacionado con una menor proliferación celular y con una prevención del cáncer de colon.
Por otra parte, han estudiado los efectos de los llamados inhibidores de proteasas, presentes en las leguminosas, sustancias que inhiben la actividad de las enzimas que produce el organismo para facilitar la digestión. Así, aunque pueda parecer que son perjudiciales, se ha observado que, en cantidades normales, no afectan negativamente al proceso digestivo, según informó Andalucía Investiga, el programa de divulgación científica de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa en un comunicado.
Además, se ha detectado que cuentan con efectos beneficiosos sobre ciertos tumores, de forma que estos estudios se llevarán a cabo por medio de un proyecto de excelencia titulado Propiedades funcionales y nutricionales de los inhibidores de proteasas de la familia de Bowman-Birk en leguminosas.
Tumores digestivos
Igualmente, los científicos han demostrado que los inhibidores de proteasas inhiben el crecimiento de células tumorales in vitro. Otros investigadores han constatado efectos beneficiosos de estas sustancias sobre tumores digestivos y de la glándula mamaria que no tienen un efecto nutricional en el organismo, pero que pueden prevenir el cáncer, actuando como alimentos funcionales.
Para obtener estos resultados, los científicos han separado por procedimientos químicos los principales componentes -proteínas, carbohidratos, fibra- de varios tipos de leguminosas como haba, garbanzo o guisante para asignar un efecto determinado a un componente bien caracterizado del alimento.
Por ello, los expertos dan a un grupo de animales una ración testigo, es decir, aquella en la que su valor nutricional se conoce y también sus efectos y, paralelamente, se ofrece a otro grupo de roedores una ración equivalente a la anterior incluyendo fracciones purificadas, con lo que se puede relacionar la sustancia que se ha incorporado a la dieta con el efecto provocado en los animales.