La cebolla y otras verduras podrían evitar la osteoporosis

Según un informe publicado en Nature , las ratas de laboratorio alimentadas con vegetales, como la cebolla, perdieron menos masa ósea que las que siguieron su dieta habitual.

Entre las múltiples razones que existen para aumentar el consumo de verduras, pronto podría añadirse otra más: prevenir la pérdida de masa ósea que provoca la osteoporosis, uno de los problemas de salud pública más serios de las sociedades desarrolladas.

De confirmarse los resultados que un equipo de científicos de la Universidad de Berna (Suiza) ha obtenido con ratones de laboratorio, la leche y sus derivados podrían dejar de ser los protectores clásicos del buen estado de los huesos para dejar paso a las verduras y otros condimentos vegetales.

El ensayo

Roman C. Mühlbauer, director del ensayo, y sus colaboradores del Departamento de Investigación Clínica de la Biología del Hueso de la universidad suiza comenzaron su trabajo con ratones macho, a los que administraron un gramo diario de cebolla en polvo durante cuatro semanas.

Comparados con los roedores que durante este periodo siguieron su alimentación convencional, los animales que habían recibido cebolla habían experimentado un incremento en la densidad de sus huesos de hasta el 17,7%. Estos resultados no se repitieron cuando se les administró soja o alimentos de origen animal. Ni siquiera la leche en polvo, con gran contenido en calcio, obtuvo efectos similares.

Lo más sorprendente sin embargo es que la ingesta diaria de cebolla resultó tener un beneficio sensiblemente superior que el de la calcitonina, un medicamento que se emplea en el tratamiento de la osteoporosis que suele producirse a raíz de la menopausia.

No obstante, debido a que la osteoporosis es una patología que afecta principalmente a mujeres posmenopaúsicas, Mühlbauer y su equipo se vieron obligados a ampliar su investigación con modelos animales más parecidos a los casos humanos. De esta manera, repitieron el ensayo con ratas a las que habían extirpado los ovarios y así imitaron el descenso en la producción de estrógenos que se produce en el climaterio.

Los investigadores suizos pudieron comprobar que en estos animales la inclusión de la cebolla en la dieta también inhibía la pérdida de masa ósea. Por otra parte, y aunque la cebolla fue el vegetal con el que se obtuvieron mejores resultados, los científicos observaron que otras verduras de consumo habitual en la dieta humana tenían una eficacia similar. Entre estos alimentos figuran el puerro, el ajo, el perejil, el eneldo, las patatas, las zanahorias, la lechuga y la chalota (un bulbo parecido a un diente de ajo y con un sabor a medio camino entre éste y la cebolla, de uso frecuente en la cocina francesa).
Uno de los datos más significativos al respecto es que la eficacia de todos estos alimentos es acumulativa. De esta forma, una ensalada que contuviera varios de estos productos sería mucho más beneficiosa para los huesos que el consumo aislado de estas verduras.

Conclusiones

En cualquier caso, los encargados de este trabajo advierten que sus hallazgos sólo se han observado en ratones, por lo que habrá que esperar a tener resultados con humanos. «Nuestro estudio indica que varios vegetales presentes en la dieta humana son capaces de incidir en el metabolismo óseo de las ratas. Si ésto se produce también en seres humanos, incluir las cantidades adecuadas de estas verduras en la alimentación diaria podría ser una manera efectiva y barata de hacer descender la incidencia de osteoporosis», escriben en las conclusiones de su informe.

Parte de la importancia de este experimento reside en que, por el momento, los alimentos no se han mostrado muy útiles para impedir la aparición de la osteoporosis. Por un lado, los datos disponibles no revelan una relación demasiado significativa entre el calcio de estos productos y la prevención de fracturas de cadera en mujeres osteoporóticas. Por otro, la soja, a pesar de su contenido en fitoestrógenos (estrógenos vegetales con un teórico efecto protector sobre los huesos), no ha demostrado aún su eficacia en ensayos con pacientes humanas.

Pérdida de masa ósea y dieta

Hasta que se confirmen los resultados obtenidos en el ensayo referido en Nature, hay que tener en cuenta otras pautas dietéticas para prevenir la osteoporosis. Cuando se habla de densidad ósea, inevitablemente se piensa sólo en el calcio pero, para conservar los huesos fuertes, no basta con ingerir grandes cantidades de este elemento. Es el fosfato de calcio (la unión química de este mineral con el fósforo) el que realmente confiere dureza a huesos y dientes. El nivel de ambos minerales debe estar equilibrado para evitar la pérdida de masa ósea.

Esta es la razón de que un exceso de fósforo (que contienen, por ejemplo, los refrescos) produzca mayor eliminación de calcio en la orina y, por lo tanto, aumente el riesgo de osteoporosis. Un trabajo publicado el año pasado en Annals of Internal Medicine comprobó que el exceso de retinol, la variedad de vitamina A de origen animal (hígado, pescado graso, yema de huevo), también provoca la pérdida de calcio en la orina. Otras sustancias que dificultan la asimilación de este mineral son el sodio (sal, concentrados de caldo), el alcohol y la cafeína.

Tampoco debe obviarse el papel de la vitamina D, fundamental para asimilar el calcio y mineralizar los huesos. Este elemento puede obtenerse mediante la exposición al sol durante unos minutos al día o mediante la dieta (salmón, huevos, mantequilla, arenques, caballa).

Por otra parte, la vitamina K (lechuga, brécol, espinacas, coles de Bruselas) también parece jugar un papel importante en la salud ósea. Según un trabajo realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) esta vitamina se relaciona con un menor riesgo de fractura de cadera en mujeres que están cerca de la menopausia.

Si, además de cuidar estos factores alimenticios se practica ejercicio y se deja el tabaco, se tendrán huesos fuertes durante más tiempo.

Autor: Alejandra Rodríguez