EL PERIÓDICO, 19 de Agosto de 2008
En el Reino Unido habrá, en cuatro años, más de un millón de menores clínicamente obesos de seguir la tendencia actual. Ello supondrá un importante aumento de los gastos del sistema de sanidad británico, ante la progresiva escalada del número de dolencias cardiacas y circulatorias y de enfermedades como la diabetes. Según expertos en salud pública, ello podría derivar en una amenaza para el país como la que representa el terrorismo. Este es el diagnóstico que firma la Local Government Association (LGA) británica, el equivalente a una federación de municipios. La LGA apuesta, como medida de choque, por retirar el control del cuidado de los hijos a los padres cuyos retoños sean obesos.
Además, una previsión revela que, en el 2025, el 21% de los menores de entre 6 y 10 años padecerán este problema, frente al 10% del 2004. Según esta asociación, el Reino Unido se está convirtiendo en la «capital mundial de la obesidad», por delante incluso de Estados Unidos.