Unos investigadores han identificado un complejo de proteínas que resulta necesario para la conversión de grasa blanca “mala” en grasa marrón “buena”. Lo descubierto podría ayudar a tratar trastornos metabólicos como la obesidad.
El equipo de Sheila Collins, del SBP (Sanford Burnham Prebys Medical Discovery Institute) en Estados Unidos, se ha centrado en mTORC1 (un complejo proteínico que detecta los niveles de nutrientes) como regulador esencial del “amarronamiento” de la grasa. La activación de mTORC1 es esencial para la estimulación de dicho amarronamiento del tejido adiposo.
NC&T, Abril 2016
Las terapias que promueven esto, o sea un incremento de células marrones dentro de un tejido de grasa blanca típico, tienen un gran interés como forma de ayudar a las personas a quemar más calorías independientemente del ejercicio que realicen.
La grasa marrón o parda gasta energía mediante la generación de calor, y los científicos creen que evolucionó como una forma de hacer que el cuerpo permanezca caliente y así el individuo sobreviva al tiempo frío. Los adultos con cantidades de grasa marrón más elevadas que la media tienen una mayor probabilidad de mantener un peso saludable y menos posibilidades de desarrollar resistencia a la insulina. En cambio, la grasa blanca actúa como un aislante térmico que protege a los órganos internos. Un exceso de grasa blanca está asociado con enfermedades metabólicas, así como con un riesgo mayor de sufrir ciertos cánceres.
La proporción de células de “grasa marrón” en acumulaciones de grasa blanca aumenta con la exposición prolongada a temperaturas frías, lo cual desencadena la liberación de la hormona y neurotransmisor noradrenalina. Investigaciones anteriores han demostrado que ello implica activar la proteína quinasa A (PKA), y este estudio muestra que la PKA activa al mTORC1.
El hallazgo aporta datos importantes al conocimiento científico sobre el amarronamiento de la grasa, que ayudarán a determinar qué pasos podrían ser tenidos en cuenta en futuros fármacos antiobesidad.