- Desde la vocalía de Médicos Titulares y Rurales del ICOMEM se recuerda que el «dolor de cabeza, fatiga, mareos, náuseas, calambres musculares, predisposición a tener infecciones y disminución del rendimiento físico así como un color más oscuro de la orina son algunos de los síntomas más comunes de la deshidratación»
Junio 2011 (medicosypacientes.com/E.P.)
El Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha lanzado unas recomendaciones sobre los síntomas de la deshidratación, especialmente con la llegada de altas temperaturas del próximo verano.
El vocal de Médicos Titulares y Rurales del Colegio de Médicos de Madrid, Alberto López Rocha, ha señalado, al respecto, que «dolor de cabeza, fatiga, mareos, náuseas, calambres musculares, predisposición a tener infecciones y disminución del rendimiento físico así como un color más oscuro de la orina son algunos de los síntomas más comunes de la deshidratación».
No obstante, ha indicado que «muchas veces» se espera a tener sed para beber agua y la gente no se da cuenta de que cuando esto ocurre ya se está iniciando el proceso de deshidratación. «Es por lo que se deben extremar aún más estas medidas preventivas entre niños y ancianos», ha sostenido.
Así, ante la llegada de los meses de más calor desde el Colegio de Médicos de Madrid se recomienda la ingesta de líquidos que se puede calcular, de manera práctica, multiplicando la medida de medio vaso de yogur por el peso de la persona y su ingesta, a poder ser, fuera de las comidas; evitar las comidas copiosas, ya que ralentizarán la circulación y pueden aumentar la temperatura corporal así como no abusar de los alimentos salados; y comer alimentos ricos en líquidos como la fruta de temporada que ayudará a reponer sales minerales además de proporcionar una adecuada hidratación celular.
Además, determinados perfiles poblacionales deben aumentar en mayor medida la ingesta de agua como las mujeres embarazadas y las que estén dando lactancia, así como las personas con actividad física intensa, sin olvidar, el colectivo de lactantes, niños y ancianos, que suelen no ingerir adecuadamente los líquidos y hay que estar pendiente de ello.
Por otra parte, la llegada de altas temperaturas también puede acarrear un empeoramiento de ciertas patologías como los problemas cardiovasculares, osteomusculares, trastornos del comportamiento, fragilidad para padecer infecciones, estreñimiento, fragilidad cutánea, retención de sustancias tóxicas, fracturas óseas y cefaleas.
Por ello, se debe incrementar aún más en este período estival la ingesta de líquidos y evitar su evaporación del organismo, mediante el empleo de ropa fresca que cubra zona de máxima exposición solar, el uso de sombreros, no salir a la calle en las horas de mayor exposición al calor, no hacer uso de bebidas alcohólicas, ni muy caliente y no realizar actividades de ejercicio intenso en las horas de máximo calor, resguardarse en zonas bien climatizadas y lugares frescos o más sombríos, evitando los vientos cálidos que impacten en las zonas de exposición corporal.