Especial Krece Plus
El nivel de salud está condicionado fundamentalmente por factores genéticos y ambientales, donde la variable externa más importante es la alimentación. Por eso y por que la alimentación es uno de los aspectos de mayor relevancia para el crecimiento y buen desarrollo del niño, es importante adquirir unos hábitos de vida y alimentación saludables desde la etapa de la infancia. Éstos, deben ser introducidos con la ayuda del adulto hasta alcanzar la total autonomía de la persona.
Para llevar una alimentación sana, no se puede prescindir de alimentos como carne, pescado, huevos, lácteos, legumbres, cereales, patatas, verduras, hortalizas, frutas, aceites y agua….. No obstante, es importante saber qué cantidad de estos alimentos debemos consumir para que la dieta sea lo más equilibrada posible
Si desde la infancia se consigue inculcar unos buenos hábitos alimenticios, es muy probable que éstos se mantengan durante la edad adulta; incluso en la etapa de la adolescencia, donde suelen aparecer preocupaciones notables por la imagen corporal. Estas preocupaciones y los prototipos impuestos por la sociedad, pueden llevar al adolescente a dietas restrictivas y desequilibradas desde el punto de vista de la nutrición.
Éstas son algunas de las recomendaciones que ofrecen los expertos en el taller nutricional de la Campaña Krece Plus:
- Consumo diario de entre medio y un litro de leche, u otros productos lácteos como queso, yogures o postres lácteos.
- Incluir en la dieta de los niños frutas y verduras (5 ó más raciones diarias)
- Desayunos completos (frutas, cereales, leche, yogour….)
- Comer algo a media mañana y merienda
- No a la bollería industrial, snacks salados, chocolatinas, caramelos…
- Sí al bocadillo tradicional (queso, jamón con tomate, tortilla) y/o fruta, yogur…
Un desayuno saludable
El desayuno es toda ingesta de alimentos sólidos o líquidos realizada entre las 5 y las 10 horas de la mañana, que ayuda a establecer una situación más favorable para realizar tareas físicas e intelectuales de manera más satisfactoria.
Un desayuno equilibrado estará compuesto por fruta, lácteos, cereales y, como primer alimento del día, es el encargado de dar fuerzas para aguantar toda la actividad de la mañana. Por eso es importante dar a conocer cuáles son las claves para hacer que sea equilibrado mediante iniciativas apoyadas por padres, profesores e instituciones educativas y sanitarias.
Según el Estudio Enkid sobre hábitos alimentarios en la población juvenil española, realizado por los doctores Luis Serra Majem y Javier Aranceta Bartrina, «las personas que habitualmente consumen la ración del desayuno presentan menor tendencia a la obesidad y niveles de colesterol más bajos que quienes no desayunan» y añaden «el perfil más favorable se ha detectado en las personas que incorporan cereales y que realizan un desayuno completo (lacteos,fruta y cereales)».
El desayuno contribuye a un mejor equilibrio del peso corporal, tanto en niños como en jóvenes y adultos. Teniendo en cuenta que con el desayuno se aportan entre el 10 y el 30% de las ingestas nutricionales diarias, la omisión de esta ración supondría ingerir cantidades más bajas de nutrientes críticos como el hierro, el calcio, el magnesio, el cinc, vitaminas A y B, que no suelen compensarse por el resto de las raciones alimentarias que se realicen a lo largo del día.
Como complemento a un buen desayuno, en ocasiones puede ser necesaria una pequeña colación a media mañana, para consumir en el periodo de descanso o recreo. En este caso, los expertos recomiendan tomar el tradicional bocadillo (queso, jamón con tomate, tortilla…) y/o fruta, yogur…
Este perfil de alimentación sana debería continuar en la estructura de la comida principal, merienda y cena. Alimentación equilibrada y ejercicio físico son los elementos necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables.
Sugerencias para un desayuno más agradable
Es necesario dedicar entre 15 y 20 minutos al consumo del desayuno
Para ello, hay que despertarles con tiempo suficiente y esto sólo será posible si el niño se acuesta a una hora adecuada.
Es recomendable desayunar en compañía y masticando despacio.
La preparación de la mesa, la variedad de alimentos y el marco agradable y familiar, invitan a una mejor aceptación del desayuno.
Recomendaciones
Los expertos ofrecen, además, una serie de pautas generales que son aconsejables seguir a la hora de las comidas para que los niños aprendan a alimentarse de forma equilibrada y este aprendizaje sea constante en el tiempo. Estas pautas son las que se exponen a continuación:
- Es importante crear una rutina a las horas de las comidas. Por ejemplo, crear el ritual de poner la mesa, hacerlo siempre en el mismo espacio y con los mismos cubiertos, da seguridad y evita la distracción.
- La presentación y elaboración de los platos es importante. Deben prepararse comidas apetecibles, agradables a la vista y de sabor suave.
- Los nuevos alimentos o los menos apetecibles se presentarán con otros más agradables y familiares para poder así intercalar unos con otros. La variedad es necesaria y no negociable.
- Las cantidades de comida deben ser pequeñas para que sea más fácil terminarlas y así poder felicitar a los niños cuando terminen. Ese refuerzo positivo hará que su conducta se repita. No hay que olvidar nunca recordarle lo bien que come cuando así lo haga.
- Si no quieren más porque no les gusta demasiado pactaremos una cantidad mínima adecuada y cuando se cumpla, retiraremos inmediatamente ese plato
- Si el niño está más inapetente de lo habitual, comprobaremos las posibles causas y no le forzaremos a comer más.
- Entre bocado y bocado un sorbito de agua ayuda a pasar la comida.
#Una vez que el niño maneja los cubiertos le pediremos verbalmente que coma, sin tener que darle de comer.
- También hay que cuidar la duración de las comidas. No es aconsejable tener al niño más de 45 minutos en la mesa.
- El adulto debe mostrarse firme y sereno en todo momento. Debe mostrar un modelo de conducta de persona que disfruta comiendo y a la vez le acompañaremos sin poner presión. Es importante que las comidas se vean como un momento agradable y donde la familia aprovecha para reunirse y poder conversar.
- Después de una buena comida es aconsejable un pequeño premio agradable (no material) para que el niño aprenda que lo ha hecho bien.