Las vitaminas son esenciales para el buen funcionamiento de todo el ciclo vital de las células. El organismo por sí mismo no tiene la posibilidad de producirlas, por lo que es fundamental asegurar el aporte exógeno fundamentalmente con la dieta, y si es insuficiente, realizar aportes suplementarios.
Tradicionalmente se enseña en las escuelas de medicina que en personas saludables, las necesidades nutricionales son fácilmente suplidas por la dieta en forma completa. Sin embargo, recientes evidencias indican que el uso de suplementos de algunas vitaminas puede reducir la incidencia de ciertas patologias, ya que la ingesta de vitaminas puede ser inferior a las necesidades sin haber signos clínicos de deficiencia.
Los potenciales efectos de las diferentes vitaminas son:
Acido fólico
Está claramente demostrado que el suplemento durante el embarazo de ácido fólico (800 mg/día) se asociado con una sustancial reducción del riesgo de defectos del tubo neural (espina bifida). También existe evidencia que sugiere que la baja ingesta de ácido fólico incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer. Los niveles elevados de homocisteína en sangre se asocian con riesgo más elevado de enfermedad coronaria. La inadecuada ingesta de ácido fólico, vitamina B6 y vitamina B12 incrementan los niveles de homocisteína.
La ingesta elevada de ácido fólico se asocia con más bajo riesgo de cáncer de colon y cáncer de mama, particularmente en personas con riesgo incrementado por el consumo diario de alcohol. El alcohol interfiere con la absorción y metabolismo del ácido fólico, incrementando los requerimientos diarios de folatos. Cuando los niveles de folatos son bajos, los uracilos son inapropiadamente incorporados al ADN, y el suplemento de ácido fólico revierte este proceso.
La ingesta óptima de ácido fólico es incierta, pero 400 mg diarios minimiza los niveles de homocisteína en la mayoría de las personas, pero una dosis mayor puede ser necesaria para reducir el riesgo de cáncer.
Vitamina B6
Una ingesta de vitamina B6 menor a la recomendada diariamente de 2 mg se asocia con un incremento del riesgo de enfermedad coronaria, pero no es clara si esta asociación es independiente de la ingesta de ácido fólico. Las legumbres y las carnes son la mayor fuente de vitamina B6.
Vitamina B12
Niveles séricos bajos de vitamina B12, causados primariamente por la menor absorción en personas mayores con menor acidez gástrica, son también asociados con niveles más elevados de homocisteína. Sus consecuencias no son del todo claras pero se cree que puede incrementar el riesgo de enfermedades vasculares y cáncer.
Vitamina D
La exposición solar por si sola puede ser suficiente para proveer niveles adecuados de vitamina D. En ciertas regiones, en épocas invernales, la radiación ultravioleta es insuficiente para minimizar el riesgo de osteoporosis y fracturas. El principal recurso natural de vitamina D es la leche fortificada. El efecto del suplemento de vitamina D depende de la exposición solar y de la ingesta dietaria, pero se cree que 400 a 800 UI/día es suficiente.
Vitamina A
La vitamina A ayuda a la regulación de la diferenciación celular, por lo que potencialmente podría reducir el riesgo de cáncer. Esto no se ha podido demostrar en los estudios realizados.
La ingesta de 5000 UI de vitamina A es segura. Puede ser obtenida de diversos alimentos como hígado, cereales fortificados y productos lácteos.
Una ingesta superior a la recomendada (10000 UI o más por día) de retinol puede tener efectos no deseados como incremento del riesgo de fractura de cadera, o si es en el embarazo se ha asociado con defectos específicos al nacimiento. Estas asociaciones requieren confirmación.
Vitamina E
Altas dosis de vitamina E bloquea la modificación oxidativa de las lipoproteínas de baja densidad (LDL colesterol), y puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria (400 UI por día durante 2 o más años). También se ha hipotetizado de que puede reducir el riesgo de cáncer.
Vitamina C
Suplementos de vitamina C puede reducir el riesgo de enfermedad coronaria. Bajos niveles de vitamina C se asocian con incremento de riesgo de cáncer de estómago pero el efecto del suplemento no ha sido evaluado. Suplementos a largo plazo de vitamina C no se asocian con bajo riesgo de cáncer de mama.
Preparados multivitamínicos
Los suplementos más comunes son multivitamínicos, que incluyen típicamente los requerimientos diarios de tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico, y vitaminas A, C, B6, B12, D, K, y E. Algunos estudios prospectivos indican que el uso diario de multivitaminicos se asocia con bajo riesgo de enfermedades coronarias, cáncer de colon, y cáncer de mama, especialmente en consumidores de alcohol.
Recomendaciones
Existe evidencia que sugiere que la ingesta más alta de ácido fólico, vitamina B6, vitamina B12, y vitamina D puede beneficiar a gran número de personas. Con respecto a las multivitaminas la evidencia del beneficio es indirecta.
Las multivitaminas son especialmente importantes en mujeres que pueden llegar a quedar embarazadas; personas que consumen regularmente bebidas alcohólicas; ancianos, que absorben pobremente vitamina B12 y a menudo presentan déficit de vitamina D; vegetarianos, que requieren suplementos de vitamina B12; y residentes urbanos pobres con ingesta inadecuada de frutas y vegetales.
Muchas multivitaminas también incluyen minerales esenciales. Existe menor evidencia que soporte el beneficio de suplementos de minerales, con la excepción del hierro adicional requerido en algunas mujeres premenopáusicas.
La educación nutricional es muy importante, pero ha sido menos efectivo que el suplemento o la fortificación de alimentos para elevar el nivel de ácido fólico en sangre. Sin embargo, las pastillas de vitaminas no sustituyen un estilo de vida o dieta saludable.
Un suplemento vitamínico tampoco compensa el riesgo masivo asociado con el tabaquismo, la obesidad, o la inactividad.