La soja y sus beneficios

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La soja es una leguminosa por lo que forma parte del primer escalón de la pirámide alimentaria. En estos últimos años, a raíz de varios estudios, se han ido descubriendo los numerosos beneficios para la salud que producen determinados nutrientes presentes en ella.

Las dietas ricas en soja están asociadas con la prevención de ciertas enfermedades como el cáncer de mama, osteoporosis, enfermedad cardíaca, y hasta para los síntomas de la menopausia.

Los reales beneficios de la soja son la cantidad de fitonutrientes que contienen, especialmente los fitoestrógenos, que son un compuesto encontrado en plantas que incluyen sustancias como las isoflavonas, cumestanos y lignanos; cuya estructura es muy similar a la de los estrógenos. Es por eso que los fitoestrógenos, en determinadas circunstancias, pueden actuar como nuestros propios estrógenos.

Los fitoestrógenos son encontrados en frutas, verduras, y granos integrales. Las isoflavonas son las más comunes, y la soja es la fuente principal en la alimentación, aunque hay otras plantas que contienen isoflavonas en cantidades menores por porción. Estas fuentes adicionales de isoflavonas incluyen el trébol morado, brotes de alfalfa, arveja partida, poroto arriñonado, garbanzos, poroto de lima, y otras legumbres. El trébol y brotes de alfalfa son las principales fuentes de cumestanos, y el aceite de lino de lignanos. La mayoría de las isoflavonas vienen en un estado que no es biológicamente activo. Las bacterias que normalmente están en el tracto digestivo son necesarias para que el cuerpo pueda usarlas.

Los fitoestrógenos van del sistema digestivo al torrente circulatorio, y casi todas las células del cuerpo pueden tomar un poco de estos.

Los órganos del sistema reproductivo contienen el mayor número de receptores para estrógenos y por esta razón se ven más afectados por los fitoestrógenos.

Cuando los fitoestrógenos se ponen en contacto con el receptor se producen 2 cosas: bloquea el receptor produciendo un efecto antiestrogénico, o lo activa suavemente para lograr un efecto estrogénico leve.

Es favorable que las isoflavonas actúen como estrógenos cuando los niveles en el cuerpo son bajos, por ejemplo en la menopausia.

El proceso de la menopausia viene acompañado con sus síntomas que la mayoría se debe a cambios hormonales como los “calores” y otros como la sequedad vaginal, se deben a la falta de estrógenos.

Las isoflavonas de la soja tiene beneficios con ciertos síntomas. Los niveles de estrógenos en la mujer premenopáusica la protegen contra enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Pero en gran concentración puede provocar cánceres relacionados con hormonas como el de mama y útero.

Cuando los estrógenos se unen al receptor manda una señal al tejido para que éste empiece a crecer. Mientras esto es saludable y natural en determinados momentos de la vida como el embarazo, en otros momentos aumenta el riesgo de padecer cáncer. Es por eso que un nivel balanceado de estrógenos es mejor.

Los fitoestrógenos compiten con los estrógenos producidos por el cuerpo o introducidos del medio (xenoestrógenos) y previenen que éstos activen los receptores de estrógenos disminuyendo así las probabilidades de desarrollar cánceres relacionados con hormonas.

Otra arma de la soja contra el cáncer es la angiogénesis. Este es un proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos. En condiciones normales nuevos vasos sanguíneos son formados durante tiempos pequeños como la ovulación, embarazo, curado de heridas. La angiogénesis toma un mayor importancia cuando un tumor empieza a crecer en el cuerpo ya que muchos vasos sanguíneos nuevos son necesarios para alimentar el tumor en crecimiento y para eliminar sus deshechos. Las isoflavonas ayudan a prevenir este proceso angiogenético durante el desarrollo del cáncer.

Otra manera de intervenir en la prevención del cáncer es que las isoflavonas promueven la diferenciación celular además de bloquear una enzima que usan las células cancerígenas durante su proceso de crecimiento acelerado.Las isoflavonas también actúan como antioxidantes que protegen al cuerpo de los efectos de los radicales libres que son altamente reactivos y destructivas. Los radicales libres son encontrados en el aire contaminado, humo del cigarrillo, radiaciones ultravioletas como también son producidos en el cuerpo durante procesos necesarios como respirar, transformar la comida en energía, y combatir infecciones. Con el tiempo, la exposición a radicales libres y el daño que ellos ocasionan contribuyen a docenas de enfermedades. El daño que provocan a las LDL (colesterol malo) es un escalón prematuro para enfermedades cardiovasculares, los daños al ADN (información genética) pueden llevar al cáncer y la alteración de las proteínas de la piel pueden llevar al envejecimiento prematuro.Los antioxidantes neutralizan los efectos de los radicales libres y reparan el daño provocado por estos.

El cuerpo depende de muchas vitaminas y minerales para que actúen como antioxidantes como la vitamina C, la vitamina E, los beta carotenos, selenio, pero las isoflavonas de la soja, especialmente genisteina y daidzeina, tienen propiedades antioxidantes.

Los porotos de soja, además de isoflavonas, contienen saponinas que son encontradas en diferentes vegetales y legumbres. Estas saponinas tienen varios beneficios para la salud, como el aumento de la función inmune, la prevención de determinados cánceres, y la limitación de la absorción del colesterol.

Los inhibidores de proteasas, otro constituyente de los porotos de soja, bloquean ciertas enzimas que contribuyen al cáncer. Otra batalla contra esta enfermedad en la soja es el ácido fítico. Aunque tiene la desventaja de unirse a minerales, como el calcio y hierro, en el intestino evitando su absorción, también actúa como antioxidante para prevenir el desarrollo de cáncer. Este ácido es encontrado en muchos alimentos ricos en fibra, incluyendo la soja.Las mujeres tienen mayor riesgo de padecer osteoporosis por su contextura ósea menor y los cambios hormonales que acompañan la menopausia. Los bajos niveles de estrógeno propios de la postmenopausia llevan a un aumento en la pérdida de calcio de los huesos y al desarrollo de la osteoporosis. Un adecuado aporte de calcio durante toda la vida es el arma de la prevención.Durante y después de la menopausia el calcio es esencial para prevenir la rápida pérdida de los huesos asociada con los estadios avanzados de la osteoporosis. Hasta hoy en día el mejor tratamiento para la osteoporosis es la prevención y un aporte optimo de calcio es gran parte de esa prevención.

Muchos de los alimentos a base de soja son fuente de calcio. Una pieza de tofu deshidratado de 17 g 62 mg de calcio ½ taza de miso, o sea 140g 83 g de temphe o ½ taza un bloque de tofu de 11 g ½ taza de poroto de soja cocido (90g)131 mg de calcio

Por todos estos beneficios que nos aporta la soja es que se recomienda tratar de incorporarla en nuestra alimentación. Según las investigaciones, uno debe tratar de incorpora de 25 a 45 mg de isoflavonas por día.

Autor: Lic. Dolores Pujato