Tras los excesos del verano, en los que se somete al cuerpo a cantidades copiosas de comida, sobrecarga de grasas y se ingieren bebidas de todo tipo, es conveniente depurar nuestro organismo para ayudarle a recuperarse.
En la vida cotidiana vivimos rodeados de miles de sustancias que, de una forma u otra, son perjudiciales para nuestro organismo. Si a ello unimos que el verano es una época propicia para comer y beber sin preocuparnos de las cantidades, es conveniente que en estas fechas nos planteemos una vuelta a las buenas costumbres. Pero convine tener en cuenta que hay que depurar el organismo de forma controlada y sólo durante unos pocos días.
El cuerpo humano cuenta con sus propios mecanismos de defensa para hacer frente a las toxinas, como los recursos del sistema inmunitario. De entrada, hay que evitar el alcohol, el tabaco y la cafeína. Otro ejemplo es la eliminación de sustancias a través de la orina, por eso conviene beber agua en abundancia, tanto a la hora de acompañar a las comidas como en forma de infusiones. Las infusiones diuréticas, por su poder depurativo, son un aliado para limpiar el cuerpo. Entre las más utilizadas están las de alcachofa, de achicoria, de hinojo y de diente de león.
Cantidades moderadas
También existen depurativos zumos de hortalizas que ayudan a equilibrar los líquidos corporales y regeneran por dentro. Entre otros destaca el zumo de pomelo, que activa la digestión, el de apio, que estimula la depuración de los riñones, los pulmones y el hígado, o el de col blanca, que regenera las células y ayuda a cicatrizar las mucosas intestinales.
Unas de las condiciones más importantes para que una dieta resulte desintoxicante es que las cantidades que se preparen sean moderadas. De esta forma, además de facilitar la digestión, el metabolismo no debe trabajar tanto.
Conviene que los alimentos se elaboren de manera sencilla: a la plancha, hervidos o al vapor, evitando las cocciones grasientas. En todo caso, aliñados con aceite de oliva, que resulta muy beneficioso para el hígado y la vesícula biliar y además contiene altas dosis de vitamina E.
Una dieta desintoxicante debe estar formada básicamente por productos frescos, a poder los de temporada que tienen más sabor, con predominio de los vegetales. Dedicar un día a la semana a comer sólo fruta, es una buena medida, porque la ausencia de proteínas animales en la alimentación hace que los riñones trabajen menos. También conviene incluir en esta dieta saludable los frutos secos, que contienen proteínas vegetales, minerales, fibra y antioxidantes.
La fibra debe estar presente en una dieta de desintoxicación, porque ayuda a que el tránsito intestinal funcione regularmente, lo que facilita la eliminación de sustancias poco saludables en el organismo.
Ejercicio y descanso
De cualquier forma, conviene ayudar a nuestro cuerpo con algunos gestos sencillos, de forma que, entre en una etapa de recuperación. Pero para que ésta se lleve a cabo satisfactoriamente, es necesario también que el cuerpo esté relajado. El comienzo del nuevo curso y la vuelta al trabajo con el estrés que ello supone, no ayudarán mucho al organismo, a pesar de que se esté haciendo toda una “terapia” gastronómica.
Esta dieta puede acompañarse de un poco de ejercicio. No hace falta grandes esfuerzos, más bien al contrario, caminar durante una hora, a ser posible, en el entorno de la naturaleza, ayudan a relajarse.
El sudor es otro mecanismo del cuerpo para eliminar impurezas. En la sauna puede llegar a triplicarse, por lo que es uno de los mejores métodos para desintoxicarse de manera natural. Al abrirse los poros, el cuerpo elimina hasta un 30% de las toxinas acumuladas en el día a día.
Y tan importante como la alimentación es el descanso. El cuerpo necesita dormir un mínimo de siete horas, no sólo para mantener un buen aspecto físico, sino porque al dormir, el sueño regenera el organismo. Para facilitar el paso a un sueño reconfortante, se pueden realizar actividades como leer tranquilamente, escuchar música relajante o darse un baño antes de acostarse.