- Una aplicación tópica de un antioxidante contenido en esas frutas evitó la destrucción de colágeno y la respuesta inflamatoria, las causas principales de las arrugas.
AZPrensa, 23 de Abril de 2009
El ácido elágico, un antioxidante presente en frutas rojas como las fresas y los arándanos previene la formación de arrugas derivadas de la radiación ultravioleta, según un estudio de la Universidad Hallym en la República de Corea. El trabajo se ha hecho público en el encuentro Experimental Biology 2009 que se celebra en Nueva Orleans (Estados Unidos).
Los efectos se han podido comprobar tanto en las células de la piel humana como en la piel sensible de ratones sin pelo tras la exposición continuada a los rayos ultravioletas que dañan la piel.
El ácido elágico es un antioxidante que se encuentra en numerosas frutas, vegetales y nueces, sobre todo en las frambuesas, fresas, arándanos y granadas. Estudios anteriores han sugerido que tiene un efecto fotoprotector.
Los investigadores descubrieron que, en células de la piel humana, el ácido elágico funcionaba protegiendo de los daños de la radiación ultravioleta al bloquear la producción de las enzimas metaloproteinasas de matriz (MMP) que descomponen el colágeno en las células de la piel dañadas y al reducir la expresión de una molécula que participa en la inflamación denominada ICAM.
Después, los científicos estudiaron ratones sin pelo machos jóvenes de cuatro semanas. Estos ratones se seleccionan genéticamente para ser utilizados en estudios dermatológicos debido a las similitudes de su piel con la de los humanos. Durante ocho semanas, los 12 ratones fueron expuestos a una mayor radiación ultravioleta como la de la luz solar a lo largo de tres veces por semanas. Se comenzaba con un nivel suficiente para causar rojez o quemaduras y se aumentaba a otro rango que hubiera causado daños menores de tratarse de piel humana.
Durante estas ocho semanas, a la mitad de los individuos expuestos se les proporcionó diariamente aplicaciones tópicas de 10 microM de ácido elágico sobre la superficie de la piel incluso en los días en los que no recibían la exposición ultravioleta. Los otros, también expuestos a la luz ultravioleta, no recibieron ácido elágico y otro grupo de seis ratones sirvió de control, sin recibir radiación ni el antioxidante.
Como los investigadores esperaban, los expuestos a la radiación ultravioleta sin el tratamiento de ácido elágico desarrollaron arrugas y su piel aumentó en grosor.
Por otro lado, los expuestos a la radiación que recibieron la aplicación tópica del ácido elágico mostraron una menor formación de arrugas. Por último, el ácido elágico redujo la respuesta inflamatoria y la secreción de MMP debido a la protección frente a la degradación del colágeno. El ácido elágico también ayudó a evitar un aumento del grosor de la piel.
Los investigadores señalan que los resultados demuestran que el ácido elágico funciona evitando la formación de arrugas y el fotoenvejecimiento causado por la destrucción ultravioleta del colágeno y la respuesta inflamatoria.