Dieta mediterránea cetogénica, una forma sana y segura de perder peso

  • Investigadores de Córdoba muestran, además, que también ayuda a reducir la presión arterial y a mejorar los niveles de glucosa en sangre.

JANO.es, 13 Enero 2009

Un grupo de investigación de la Universidad de Córdoba ha conseguido demostrar los efectos nutricionales beneficiosos de una dieta cetogénica rica en aceite de oliva. Según el estudio, la dieta mediterránea cetogénica española es una forma efectiva de perder peso, reducir la presión arterial y mejorar los niveles de glucosa en sangre.

Las dietas cetogénicas, altas en grasas y pobres en azúcares, son una manera efectiva y saludable de perder peso bajo un control médico adecuado, ya que fomentan un perfil lípido sin riesgos para la salud, una menor presión arterial y un descenso de la resistencia a la insulina, con una mejora de los niveles plasmáticos de glucosa e insulina. Por otra parte, es sabido que la dieta mediterránea es una de las más sanas, con ingredientes básicos como el aceite de oliva, el vino tinto y las verduras. En España, el pescado constituye también un elemento fundamental de dicha dieta.

El objetivo del estudio, realizado por los Dres. Joaquín Pérez-Guisado, Andrés Muñoz-Serrano y Ángeles Alonso-Moraga, del Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba, era demostrar los efectos nutricionales de una dieta cetogénica proteínica rica en aceite de oliva, ensalada, pescado y vino tinto. Sus resultados se publicaron en «Nutrition Journal».

En el caso concreto del aceite de oliva, su consumo previene los principales factores de riesgo cardiovascular, como el perfil lipoproteínico, la presión sanguínea, el metabolismo de la glucosa y el perfil antitrombótico. Además, modula adecuadamente la función endotelial, la inflamación y el estrés oxidativo. Algunos de estos efectos se atribuyen a los ácidos grasos monoinsaturados y a los componentes secundarios del aceite de oliva. Hidrocarbonos, polifenoles, tocoferoles, esteroles, triterpenoides y otros componentes, a pesar de su baja concentración, así como los ácidos no grasos, podrían ser relevantes; algunos estudios comparativos de aceites monoinsaturados han demostrado sus diferentes efectos sobre las enfermedades cardiovasculares. La mayoría de estos componentes han demostrado tener propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e hipolipidémicas.