El medico interactivo, 23 de Junio de 2007
Una dieta rica en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, que se encuentran en determinados pescados, frutos secos, semillas y aceites vegetales, podría ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata en individuos con una predisposición genética al cáncer, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Wake Forest de Estados Unidos que se publica en la revista Journal of Clinical Investigation.
Los investigadores, dirigidos por Yong Chen, estudiaron en un modelo animal con una predisposición a desarrollar tumores de próstata, los efectos del consumo de dietas con determinados valores de ácidos grasos poliinsaturados para evaluar la influencia de estos componentes sobre el riesgo de cáncer de próstata en estos animales.
Los autores del trabajo descubrieron que una dieta equilibrada alta en ácidos grasos omega-3 reducía el crecimiento del tumor de próstata y aumentaba la supervivencia de estos animales, mientras que los ácidos grasos omega-6 tenían un efecto opuesto. Además, la introducción de la enzima omega-3 desaturasa, que convierte el omega-6 a omega-3, redujo el crecimiento de los tumores de una forma similar a como lo hizo la dieta rica en omega-3.
Los investigadores mostraron que el efecto de los ácidos grasos poliinsaturados sobre el desarrollo del cáncer de próstata está mediado en parte a través de la mortalidad celular que depende de una proteína conocida como ‘Bad’. En conjunto, el estudio demuestra la importancia de la interacción entre genes y dieta en el cáncer de próstata e implican un efecto beneficioso de los omega-3 sobre el retraso en el inicio del cáncer de próstata humano.
Los científicos consideran que sería interesante que futuros estudios determinaran si alguno de los efectos beneficiosos podría conseguirse a través de suplementos de omega-3 en la dieta después de que se iniciara el tumor.