Agencias, 10 de Agosto de 2006
Estudios experimentales realizados por el grupo de investigación de «Nutrición y Endocrinología» del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Carlos Haya y de la Fundación Imabis, en Málaga, han demostrado «que animales alimentados con aceite de oliva tienen una actividad lipolítica mayor que la de los alimentados con otro tipo de grasas», tales como el aceite de girasol, el pescado o las grasas saturadas, señala el responsable del grupo, Federico Soriguer.
Este hallazgo supone un incremento de la liberación de grasas por parte de las células adiposas, lo que supondría que aquellos que consumen aceite de oliva tienen menos riesgo de hacerse obesos a largo plazo, una teoría que podría ser aplicable a los humanos. Además, este grupo de investigadores ha comprobado que «la redistribución de las grasas en el cuerpo, tras reducir el peso por ayuno en animales, y tras la realimentación no es independiente al tipo de grasas, ha explicado el responsable del trabajo.
Por otra parte, este grupo desarrolla ensayos clínicos, patrocinados por capital privado, con la finalidad de evaluar el papel de lo fármacos sobre la obesidad, la diabetes y la hiperlipidemia. En el caso de la obesidad, según ha afirmado F. Soriguer, «los fármacos no son la solución», aunque siempre se están realizando investigaciones experimentales para hallar una medicina que tenga pocos efectos adversos y «que pueda, a través de la regulación del apetito o de algún mecanismo de absorción de alimentos, puedan ayudar a perder peso con una dieta equilibrada e hipocalórica».