Nutriguia-Agencias, 4 de Febrero de 2005
Un grupo de científicos cree haber dado con un factor que explica el origen de la obesidad.
Según ellos, cada célula del cuerpo tiene un sentido de ubicación y una pérdida de este sentido puede llevar a que una persona se convierta en obesa.
Estos son los resultados preliminares de un equipo internacional de científicos, dirigidos por el Instituto de Salud Infantil del University College en Londres.
El foco de la investigación es la obesidad infantil asociada al llamado Síndrome Bardet-Biedl, o BBS, pero ellos creen que sus resultados pueden servir de base para entender mejor la patología de la obesidad.
Según aparece en la publicación Nature Genetics, los científicos creen que parte del problema tiene que ver con errores de transmisión en las células que habitan la parte del cerebro que controla el apetito.
Comunicación fallida
Al producirse esta falla en la comunicación de sus coordenadas, la célula pierde su sentido de ubicación normal y migra o se desplaza hacia donde no debe.
Al investigar el caso en un ratón con BBS, hallaron problemas en una especie de filamentos que se proyectan sobre las células, que en inglés se llaman cilia.
Estos filamentos son los que le comunican a cada célula en qué parte del cuerpo se encuentra ubicada. Sin esta función, la célula se desorienta.
El doctor Bradley Yoda, de la Universidad de Alabama-Birmingham, en Estados Unidos, señaló que esta función «tiene un gran impacto en cómo se ubican las células, cómo se desplazan en un embrión y, en consecuencia, cómo se organiza el cuerpo entero».
Además de la obesidad, los niños que nacen con el síndrome BBS llegan a perder la vista y suelen sufrir de complicaciones renales.