Diario Medico, 1 de Septiembre de 2004
El profesor emérito de la Universidad de Barcelona, Mario Foz, que también ha participado en este encuentro universitario, ha reconocido que el tratamiento de la obesidad es «difícil y complejo, ya que hay que cambiar de forma permanente los hábitos de vida. Hacer una dieta durante tres o cuatro semanas no tiene ninguna trascendencia para el organismo, porque la tendencia posterior del cuerpo humano es recuperar el peso perdido».
Foz ha asegurado que los profesionales de la Medicina han de insistir a sus pacientes en que la mejor dieta es «modificar los estilos de vida, llevar a cabo una alimentación baja en calorías y grasas, junto a una mayor actividad física. Todo ello no quita importancia al apoyo psicológico al empleo de algunos fármacos, pero la clave pasa por una vida mucho más saludable que la actual».
La obesidad es una enfermedad multifactorial, con un componente genético «más o menos importante», a juicio de este especialista, pero en las formas más severas -la mórbida- el factor genético es muy alto. «Es difícil cambiar esta predisposición genética, pero sí se puede diseñar una estrategia basada en una mayor actividad física desde el nacimiento, y una alimentación que no favorezca un mayor sobrepeso. En cualquier caso, la genética nos puede ayudar mucho en el futuro», ha matizado.