El comerio.com, 3 de Septiembre de 2002
El hallazgo se basó en una revisión de un sondeo de más de 9.000 adolecentes y preadolescentes que participaron en un sondeo en 1995 y después un año más tarde, según un informe del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati y el Colegio de Medicina de la Universidad de Cincinnati.
«Entre esos adolescentes todavía no obesos en la línea basal (el inicio del estudio), las probabilidades de convertirse en obesos en el siguiente año eran del doble si padecían un estado depresivo», señaló el informe, publicado en la edición del 3 de septiembre de «Pediatrics», la revista de la Academia de Pediatría de Estados Unidos.
«Este riesgo persistió después de controlar varios factores relacionados con la depresión y la obesidad, como una bajo grado de autoestima, poca actividad física, obesidad paterna y la poca escolaridad de los padres», agregó.
El informe señaló que la literatura médica por varias décadas ha abarcado estudios que vinculan la obesidad a la depresión, pero la teoría prevalente indica que la obesidad hace que las personas se depriman, no al revés.
«La obesidad y la depresión están aumentando en todo el mundo, y las razones de estas tendencias son desconocidas», según el estudio.
«Es probable que haya un subgrupo de individuos para quienes el estado anímico es un factor de riesgo importante en el desarrollo de la obesidad», añade.
Estos pueden ser los mismos individuos que informaron de un incremento del apetito, no disminución, con la aparición de la depresión, o los que padecen un trastorno de la alimentación caracterizado por episodios de comilonas, un grupo en los que la depresión es más común», agregó.
«Este subgrupo también puede representar una población para la cual el tratamiento de la depresión podría alterar el curso y el desarrollo de la obesidad», prosigue el estudio.
Hay métodos farmacológicos y no farmacológicos prometedores para tratar la depresión, dijeron los investigadores, y «para quienes la depresión aumenta el riesgo de obesidad, la terapia contra la depresión también puede prevenir el aumento de peso», agregaron.
El informe también explicó que hay evidencia de que la obesidad y la depresión pueden deberse a «mecanismos neurobiológicos», particularmente la producción de serotonina y de varias secreciones glandulares.